La historia
Considerada como un “parteaguas” en la historia de México, Ley Federal de Organizaciones Políticas y Procesos Electorales de 1977 sentó las bases para la formación del sistema de partidos, pues se reconoció a los partidos políticos como entidades de interés público, permitió el registro condicionado y modificó la composición de la Cámara de Diputados.
“La historia dice que sí es posible, que sí hay posibilidades de construir acuerdos en reformas electorales. No es lo común que sea el gobierno el que la ponga en la mesa en los últimos años, pero la de 1977 la reforma se dio a partir del reclamo de la oposición y la puso sobre la mesa el gobierno; la famosa reforma del 77”, añade el también exasesor del Instituto Federal Electoral (IFE) y su sucesor, Instituto Nacional Electoral (INE).
Ahora, explica, es el gobierno el que pone nuevamente un “saque” amplio sobre la mesa y la oposición le revira con otras propuestas. “Entonces, por lo tiempos veo que hay un escenario complicado, pero no imposible. Esto es, no es imposible llegar acuerdo para una reforma”.
Desde su visión, Morena deberá buscar construir acuerdos. “Creo que deben estar conciencies -y creo que lo están- de que la propuesta de López Obrador no puede pasar en sus términos, pero si puede ser un punto de referencia para construir acuerdos”.
Para licenciado en Comunicación Social por la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), es claro que los partidos cuentan con intereses legítimos o no en los temas sobre la mesa. Por ello, “no basta con la voluntad del gobierno y no le alcanzaría ni con todos sus aliados que tiene actualmente (para sacar una reforma electoral), necesita dos terceras partes”.
Además, está claro que cualquier reforma electoral necesita de acuerdos, “si no, no pasa” y los acuerdos no se pueden construir solamente con la propuesta presidencial, asegura