De acuerdo con lo publicado en la Gaceta UNAM, el biosensor funciona por medio de una prueba PCR, “con el resultado obtenido en las pruebas que realiza este equipo no sólo permite al paciente saber si es positivo o negativo, sino además informa sobre el valor del umbral del ciclo, esto es, la cantidad de virus que alberga la persona infectada, ya sea alta, media o baja y que muy pocos laboratorios lo incluyen”.
La base del proyecto encabezado por la doctora en Ciencias Tatiana Fiordelisio Coll, académica de la Facultad de Ciencias (FC) y responsable del Laboratorio Nacional de Soluciones Biomiméticas para Diagnóstico y Terapia (LANSBIODyT) de dicha entidad, surgió en el marco de otra iniciativa.
Previo a la pandemia, en el laboratorio mencionado se trabajaba en la detección de hormonas como insulina y glucosa para detectar con anticipación enfermedades endocrino- metabólicas, como ovario poliquístico y problemas tiroideos para poder tratarlas.
Con esa investigación, los universitarios lograron la patente internacional de su método de detección y decidieron usarlo como el punto de partida para avanzar en una nueva investigación, que los llevó a la creación del biosensor que detecta el COVID-19.
“Estábamos muy adelantados en estos sensores, ya tenemos experiencia y esto va a ser muy fuerte para el país. Estamos muy conscientes que la nación tiene pocos recursos y decidimos adaptar nuestro sensor para detectar el virus del SARS-CoV-2”, explicó Tatiana Fiordelisio.
Servicio a la comunidad
Actualmente, los investigadores cuentan con la certificación ISO 9001, lo que les permite recoger muestras y emitir resultados. Diariamente, trabajan de 09:30 a 15:00 horas en la toma de muestras, que tienen un costo de 500 pesos para la comunidad universitaria y de 700 para el público externo; los resultados se entregan el mismo día.