El síndrome de Burnout, uno de los padecimientos conocidos entre la comunidad médica, se incrementó durante la pandemia. De acuerdo con el Instituto Nacional de Nutrición, antes de la crisis sanitaria, el 28% de los médicos declaró vivir “feliz”, sin embargo, la cifra ha caído a 15%.
Según Natasha Alcocer Castillejos, siquiatra del Instituto Nacional de Nutrición, lo anterior resulta aún más preocupante considerando que en general, los profesionistas de la salud no suelen pedir ayuda para atender sus padecimientos.
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El Reporte Medscape 2021, en Estados Unidos, detalla que, aunque el 50% de los médicos residentes declara que la pandemia desencadenó en ellos el síndrome de Burnout, otro 79% dice que es un padecimiento previo a la llegada del COVID-19. Dicho estudio también detalla que los más afectados son quienes trabajan en las unidades de cuidados intensivos.
En el marco del Día Mundial para la Prevención del Suicidio, el cual se conmemora el 10 de septiembre, Alcocer Castillejos, subraya la importancia de prevenir y atender padecimientos como el mencionado. En el mundo de la medicina, la encuesta presentada por Medscape revela que el 13% de los médicos ha tenido pensamientos suicidas, cifra que coincide a la presentada por el Instituto Nacional de Nutrición.
De acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud (OPS) cada año, más de 700,000 personas se quitan la vida tras numerosos intentos de suicidio, lo que corresponde a una muerte cada 40 segundos.
¿Cómo puedes ayudar?
Desde la declaración de la pandemia por COVID-19 en marzo de 2020, más individuos experimentan pérdida, sufrimiento y estrés. La OMS asegura que, centrarse en la prevención del suicidio es especialmente importante para crear vínculos sociales, promover la toma de conciencia y ofrecer esperanza.
Se trata de un estado de agotamiento físico, emocional y mental vinculado al ámbito laboral. Éste puede tener consecuencias graves en el plano físico y psicológico.
El principal detonante del padecimiento, es un entorno laboral y condiciones de trabajo adversas o muy demandantes.
Dos de los síntomas más comunes desembocados por este síndrome son la depresión y ansiedad. Algunos de los trabajos en los que es común que se presente son profesionales sanitarios, profesores y trabajadores sociales.