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E. Andere: “Podemos aprender del sistema educativo de Finlandia, no importarlo”

México no debe aspirar a copiar políticas educativas exitosas en otros países, sino aprender de su prioridades, como la formación de maestros y enfocarse en el bienestar de los niños, dice el experto.
jue 19 agosto 2021 06:15 AM
Eduardo Andere
Eduardo Andere es doctor en Ciencia Política y maestro en Economía y en Administración Pública. Desde hace casi 20 años ha estudiado los sistemas educativos de diferentes países.

En Finlandia, la educación está enfocada en las necesidades de estudiantes, escuelas, aulas y maestros, no en los políticos, a diferencia de lo que pasa en México y el resto de América Latina, expone el doctor Eduardo Andere, uno de los mayores expertos en la enseñanza del país europeo.

Andere plantea sus críticas a la reforma educativa de Enrique Peña Nieto, enfocada en la evaluación de los maestros —no en su formación y selección, como ocurre en Finlandia—, lo que juzga anacrónico, y señala que grupos de poder empresariales influyeron para su aprobación en el Congreso y aplicación. Sin embargo, advierte que de nada sirve que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador haya echado abajo esa reforma si no realiza cambios, como dejar la política fuera de las escuelas.

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Hace casi dos décadas, Andere empezó a investigar y a hacer análisis comparados de los sistemas educativos en 19 países, incluyendo México, la mayor parte con altos resultados educativos en pruebas como PISA. Entonces, al país que evaluó como el mejor posicionado en aspectos como políticas públicas y escuelas fue Finlandia.

“Lo que hace uno en educación comparada es tratar de encontrar historias, políticas, prácticas, ideas, algunas no transferibles, otras sí, que puedan inspirar o ayudar a otros países menos desarrollados desde el punto de vista educativo y de aprendizaje, para aprender, más que para copiar”, señala en entrevista.

Su nuevo libro, El futuro de las escuelas y la formación de maestros. ¿Qué tan adelante va Finlandia? (editorial Siglo XXI, 2021), aborda las virtudes y críticas del sistema finlandés. Es la última obra de una bibliografía de 15 títulos a cargo del doctor en Ciencia Política por el Colegio de Boston.

Andere comenta que para comprender las características del sistema educativo finlandés hay que remontarse a la historia del país y a una serie de eventos, pensadores y políticos, que han diseñado e implementado políticas públicas que le permitieron desarrollar culturas favorables para la educación, el aprendizaje y el bienestar de los alumnos.

“Es de los pocos países en donde los diferentes grupos de interés, o sectores o jugadores —políticos, maestros, padres de familia—, están entonados con el mismo tipo de ideas sobre la importancia de la educación, del aprendizaje y del bienestar de los niños. Hay una congruencia generalizada en que la educación es extraordinariamente importante”, señala.

Sin embargo, el también autor de La escuela rota: sistema y política en contra del aprendizaje en México advierte que no se puede copiar el sistema de Finlandia, porque está ligado por completo a su cultura y data del siglo XIX.

Si bien sí puedes copiar un libro de texto y un currículum o el diseño arquitectónico de una escuela, no puedes copiar la cultura, los hábitos, las creencias, el pueblo alrededor del aprendizaje”.

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¿Qué sí podría ser transferible a México de las políticas educativas de Finlandia?
Siempre he pensado que, si bien las instituciones y las políticas educativas no viajan a través de las fronteras, no transitan, no se transfieren a través de las fronteras, la parte pedagógica sí es transferible porque tiene que ver con el desarrollo y el aprendizaje del desarrollo de los niños y jóvenes, y estos y los adultos alrededor del mundo tenemos las mismas estructuras básicas de aprendizaje: cerebro, sistema encefálico nervioso, los sentidos, el cuerpo, que se compacta con el medio ambiente, y sobre esos principios muy básicos de psicología de aprendizaje descansan las propuestas pedagógicas.

Finlandia no solo se distingue por el nivel educativo y de aprendizaje de las escuelas, sino también por el nivel de formación de una masa crítica muy bien educada de maestros, por lo menos desde hace 160 años. Sus maestros no solo son personas que van a enseñar sus materias, sino que van a ayudar y acompañar el crecimiento de los niños. Los maestros en Finlandia ya tienen un esquema muy intenso de formación, primero de selección universitaria y luego de formación.

Eso va en contra de lo que planteaba la reforma educativa de Enrique Peña en el sexenio pasado, enfocada a la evaluación de los maestros. ¿Cómo lo explica?
Porque más bien en Finlandia no le apuestan a que el maestro esté evaluado fuertemente, sino que apuestan a una parte anterior del proceso: a que el maestro esté bien formado, que sea profundamente seleccionado para estudiar la profesión docente, ya sea de clase o de materia, y a una selección muy estricta. Si tienes una formación altamente capacitada, la evaluación te sobra, además de que es extraordinariamente difícil medir o evaluar a los maestros, igual que a los estudiantes, porque no son productos estandarizables y fácilmente tangibles, como podrían ser otros productos del mercado.

Toda esta ola de evaluación educativa de finales de los 90 del siglo pasado no nace en México, sino en sistemas educativos como el inglés y el de Estados Unidos. Y México los importa. Es por lo que te digo del tema de importar políticas y prácticas educativas famosas o novedosas o de moda. México las importa de manera anacrónica, nos subimos al tren de la evaluación cuando la mayoría de los países se estaban saliendo del tren de la evaluación, incluso EU. Cuando México pasa sus reformas en 2013 y 2014 e implementa las evaluaciones, EU justo se estaba saliendo a nivel federal.

Gran parte del tema es que mejor nos concentremos en formar mejor a los maestros, que formarlos mal y después evaluarlos, porque de todas maneras nos van a salir mal evaluados, todos tus recursos los dedicas a antes del proceso, otros puntos antes, que son la selección, la formación, la colocación, la capacitación y la evaluación, en lugar de irte al final del proceso, que sería la evaluación, te vas al principio del proceso. Y si tu producto es bueno, la evaluación va a ser buena; si es malo, será mala.

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El gobierno de Peña ponía a Finlandia como modelo, ¿a qué atribuye que se hayan implementado estas reformas basadas en la evaluación de los maestros si en Finlandia no se hacen?
A falta de conocimiento de los policy makers, a mucha presión sobre todo de sectores empresariales y sus organizaciones no tanto cupulares, accesorias, que están muy acostumbradas a esos procesos en el sector comercial, que pueden presionar mucho más y tienen los medios para ser escuchados por los ministros de Educación, por los presidentes de la República, para decir: “Esto es lo que necesitamos”. También, en el mensaje mexicano tienes una retórica muy tergiversada. Por un lado, alabas mucho a los maestros, dices que son “el corazón de la educación”, que “sin ellos no se sale adelante”, y luego los evalúas porque no crees en ellos.

El actual gobierno echó para atrás esas reformas, ¿es entonces eso positivo?
Sí, pero si tú echas para atrás una reforma y no haces lo que tienes que hacer para mejorar el sistema educativo, en realidad echarla o no para atrás no le va a hacer cosquillas a la educación.

Los gobiernos de Finlandia han sido de izquierda o derecha en todos estos años, ¿cómo ha influido eso en las políticas educativas?
En Finlandia, el tema del aprendizaje está por encima del debate ideológico, político. Tú ves gobiernos de una tendencia socialdemócrata o de izquierda, casi todos son sociales y demócratas, o democracias sociales, un poco más hacia la ideología de mercado y otros más hacia la ideología intervencionista del Estado, pero el bienestar del niño y la importancia de la escuela y del aprendizaje están por encima de eso, es como un consenso y un acuerdo histórico de décadas, de más de 150 años. No está sujeto a los vaivenes tan radicales de las ideologías a las que estamos acostumbrados en EU y América Latina (...) Cuando entran al debate de las escuelas y de las leyes y reformas educativas, las voces de los niños, maestros y científicos están orientando la voz de los políticos.

¿Alguna vez en la historia de México ha habido esta separación de la política y educación?
No que yo conozca. De que realmente los políticos sigan a los educadores —y ahí encierro a los académicos, maestros, expertos, directivos escolares y a los niños, a los estudiantes, a sus intereses—, yo no reconozco ninguna época donde eso haya sucedido, todavía seguimos a los políticos.

Actualizó su libro con la pandemia y señala que Finlandia fue un caso exitoso en educación. ¿Qué aconsejaría a las autoridades educativas mexicanas ahora que se está regresando a clases?
Es muy difícil aconsejar a las autoridades educativas, así, en general. Porque en México solo hay una autoridad educativa: el gobierno federal, y más el Ejecutivo, finalmente él es quien decide cuáles son los derroteros genéricos, si se abren o no las escuelas, si se aplica o no tal currículum, si hacen valer libros de texto o no. En ese sentido, las autoridades de los estados o de las zonas educativas o regiones tienen muy poca autoridad y poca capacidad y margen de maniobra.

Yo lo que les digo es que se concentren en el fenómeno de aprendizaje que ocurre en la escuela, en la interacción entre maestros, directivos, padres y estudiantes, lo que ocurre realmente día a día, y procurar que esa interacción sea muy fluida cordial, activa; sin importar qué libro de texto, qué sistema educativo tienes, si tú a nivel de la escuela logras una interacción humana, la parte esencial del fenómeno de aprendizaje ocurrirá sin importar tanto las reglas nacionales. Yo les aconsejaría tanto a las autoridades locales y escolares que su concentración sea en el bienestar de su comunidad educativa, en procurar un acercamiento cordial, conectado, situacional, de acuerdo con el contexto, con la situación que vive cada escuela, cada aula, y atender muy de cerca el fenómeno humano que ocurre en las escuelas.

La pandemia es una película con dos historias: no atacó por igual a las familias o escuelas que estaban en la parte alta o positiva del bienestar, económica y educativamente, con altos niveles de bienestar y capital digital en hogares y escuelas. Ahí no va a tener estragos significativos o muy graves, pero en la otra parte de la educación, sin capacidad de capital digital o emocional sólida, que está asociada con bajos niveles socioeconómicos y educativos, en esa parte sí vas a tener afectaciones muy importantes, donde el rezago entre los que mejor les va y los que les va peor va a ser mayor.

Dice usted que el sistema de Finlandia no se importa, sino que hay que aprender de él. ¿Qué deberíamos aprender en México de él?
Aprender a llevar a la realidad la retórica de que la educación es importante y que el centro de la importancia de la enseñanza son los niños. Dos: escuchar a los expertos y a la comunidad educativa, en lugar de que el gobierno marque una línea y le pida a los expertos que le sigan en esa línea. Tres: reconocer la realidad de que uno de los grandes problemas de México no está en la escuela, sino en el hogar, en la crianza; necesitamos muchos más mecanismos de política social y familiar que nos ayuden a desarrollar una mejor crianza en los hogares, para que cuando lleguen los niños a la escuela puedan ser pedagógicamente educados. También, desde el punto de vista educativo, se necesita una reforma sustancial al proceso de selección, formación y colocación de maestros, necesitamos una nueva generación de maestros para una nueva realidad, ya ni siquiera un nuevo siglo, una nueva realidad.

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