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El PRD cumple 32 años y, en lugar de fiesta, lucha por conservar su registro

En las elecciones del 6 de junio, el sol azteca deberá pelear la permanencia de su registro como partido político.
mié 05 mayo 2021 06:03 PM
aniversario prd
En Michoacán, la dirigencia nacional del PRD conmemoró su aniversario 32.

Andrés Manuel López Obrador fue el gran éxito, pero también el punto que quiebre para la debacle del Partido de la Revolución Democrática (PRD), fuerza política que hoy cumple 32 años.

Pero esa medianía de edad la enfrenta el franco declive y está en juego la conservación de su registro como partido político, mismo que peleará en las elecciones del 6 de junio.

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Hoy ese partido, que cobijó al ahora presidente López Obrador durante 23 años e hizo posible su carrera política, quedó reducido a cuarta fuerza electoral, con 5.6% de los votos a nivel nacional, y aun así combatirá al tabasqueño en urnas, por segunda ocasión.

Ahora, a diferencia de 2018, el perredismo se alió a sus adversarios históricos, el Revolucionario Institucional (PRI) y Acción Nacional (PAN), para integrar la Coalición Va por México, pues tras dos años y medio de gobierno obradorista, ve en él un riesgo para la democracia al que hay que atajar en el Congreso.

Mientras tanto Morena –con el que el tabasqueño ganó la presidencia en 2018– retomó gran parte del ideario y de los cuadros políticos perredistas y busca reducir y muy probablemente desaparecer al PRD, pues le disputa el título de único partido de izquierda en el país.

El ascenso

Antes de este escenario, el PRD tuvo tiempos mejores de la mano de López Obrador, al que postuló dos veces, en 2006 y en 2012 como su candidato presidencial.

En 2006, el partido del sol azteca arañó la presidencia con el obradorismo y quedó oficialmente 0.56% de votos de diferencia con el ganador, Felipe Calderón, del PAN.

Esa fue su mejor época, como principal fuerza opositora de izquierda, en que alcanzó 127 diputados federales (25.4 % de la Cámara de diputados) y 29 senadores (22.6% del Senado).

Fue en esa elección, en que contendió en la Coalición Por el bien de todos, con el Partido del Trabajo (PT) y Convergencia (hoy Movimiento Ciudadano) en que alcanzó también su mejor puntaje con 12 millones 13 mil votos, el 29.83% de la votación nacional ese entonces, lo que lo colocó como segunda fuerza nacional.

Con esa votación, en la asignación de financiamiento al año siguiente, en 2007, se hizo de 446.1 millones de pesos.

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En el siguiente proceso electoral, en 2009 para renovar la Cámara de Diputados, cayó 17 puntos; pasó de 127 diputados a 71, apenas alcanzó 12% de los sufragios y se rezagó al tercer lugar. Desde entonces el descenso ha sido constante.

Así, este 2021, el PRD cumple años con el respaldo de 10 millones de electores menos: una votación nacional emitida en 2018 de 2 millones 959 mil, es decir 5.87% y está ubicado en el cuarto lugar.

Además, sólo gobierna un estado: Michoacán, de los 11 entidades que llegó a encabezar –solo o en coalición–, entre ellos la Ciudad de México (antes Distrito Federal), que perdió en 2018 a manos de Morena.

Hoy su bancada en la Cámara de Diputados es de apenas 11 integrantes, 2.2% de ese órgano legislativo y tiene 4 senadores, el 3.1 % del Senado.

Su financiamiento público anual sigue prácticamente igual hoy que hace casi una década: 414 millones de pesos anuales de gasto ordinario, aunque según su dirigencia, con finanzas sanas, luego de la caída electoral, pérdida de recursos, multas electorales y demandas millonarias.

Herencia oscura de AMLO al PRD

El perredismo fue la fuerza política que surgió tras las disputadas elecciones de 1988 entre Cuauhtémoc Cárdenas, quien había renunciado al PRI, y Carlos Salinas, del tricolor. Ese fue el primer fraude electoral moderno, y la primera vez que ganó la presidencia la oposición, pero no le fue reconocido, según la izquierda.

Integrado en 1989 por líderes provenientes de la Corriente Democrática del PRI, al que renunciaron, entre ellos Cuauhtémoc Cárdenas, Porfirio Muñoz Ledo, Ifigenia Martínez y el mismo López Obrador, el PRD fue el partido gracias al cual el político tabasqueño logró forjarse una carrera fuera del PRI.

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Como líder nacional del PRD, López Obrador dio a ese partido sus primeros triunfos: Distrito Federal, Zacatecas, Tlaxcala, Baja California Sur. Como candidato y gracias a los votos obtenidos, de 2006 a 2007 el PRD pudo tener casi 90 millones de pesos más de prerrogativas.

A cambio, cobijado con las siglas del PRD, López Obrador creció de candidato a gobernador de Tabasco a candidato presidencial en dos ocasiones (2006 y 2012) para luego renunciar, no sin un periodo de “licencia” en que se dedicó, en 2009, a fortalecer y hacer campaña en contra del perredismo, aunque aún fuera militante, y a favor de candidatos del Partido del trabajo y a Convergencia.

Así, estuvo en el PRD desde que se fundó en mayo de 1989, hasta que renunció, en septiembre de 2012.

Al abandonar al PRD, heredó a éste una multa de 127 millones de pesos por rebases de tope de campaña en 2012.

Además, derivado incluso de las movilizaciones poselectorales que López Obrador encabezó en 2006 dejó al PRD adeudos adquiridos un sexenio antes con diversos proveedores por renta de carpas y equipos de sonido para el mega plantón en Avenida Reforma, saldo que se estimó en 32 millones de pesos.

Al PRD en el Distrito Federal esas protestas le costaron 3 millones de pesos, y en total en multas electorales se estiman 7.5 millones de pesos.

Al irse del PRD, otros dirigentes también heredaron a éste, al PT y a MC multas por sus irregularidades, como el caso de los ex senadores Layda Sansores, Mario Delgado y el exlíder perredista Leonel Cota, todos hoy en Morena, quienes rebasaron topes de gasto de campaña cuando contendieron en la entonces Coalición Movimiento Progresista.

La mayoría de las sanciones, deudas y pleitos legales fueron saldados por el PRD en 2019, y sus multas electorales cada vez son menos –ahora el más multado es Morena– pero aún así el perredismo sigue en dificultades financieras por la reducción de ingresos derivada de la caída electoral.

Además, aún litiga el reclamo de cobro de al menos 400 millones de pesos que según el empresario argentino Carlos Ahumada hizo al PRD entre 2003 y 2004, bajo la dirigencia de la experredista Rosario Robles.

En ese escenario de crisis se enfrentará por segunda vez en las urnas a López Obrador, en desenlace que podría marcar la desaparición de la izquierda histórica en el país.

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