Un trayecto accidentado
Lo más difícil para la estatua de Benito Juárez fue el trayecto desde México a tierra estadounidense. Desde México viajó en camión hasta Laredo, en Texas, donde fue cargada en un vagón de ferrocarril para ser transportada hasta Washington D.C., donde llegó con grietas y un brazo casi roto, reseña Efe.
Como escribió hace cincuenta años el periodista de The Washington Post Martin Weil: "Cuando se abrió la caja, el 16 de diciembre (de 1968), los funcionarios para su consternación se toparon con que el brazo derecho de la estatua, diseñado para señalar hacia afuera, estaba agrietado, hundido y casi cortado. Otras grietas atravesaban las piernas de yeso".
El Gobierno de EU pidió a una tienda local que reparara la estatua para que estuviera lista para la ceremonia de inauguración. La estatua quedó como nueva y hoy sigue vigilando a los caminantes, muchos de ellos empleados del Departamento de Estado de EU, que se encuentra a pocas cuadras.
En el pedestal se puede leer en español y en inglés la frase: "El respeto al derecho ajeno es la paz" (Respect for the rights of others is peace), que Benito Juárez pronunció en 1967 y que López Obrador repitió en enero de 2019 con motivo del debate a nivel internacional sobre una intervención en Venezuela.
En la estatua, Benito Juárez aparece con su brazo derecho alzado apuntando al horizonte, mientras que en su mano izquierda sostiene un libro con la palabra "Reforma". En su base, hecha de granito, el monumento esconde una urna con tierra de la ciudad de Oaxaca, donde nació Benito Juárez.
Con información de EFE