El virus modificó su vestimenta, ya no bastaba con usar el característico uniforme blanco. Cuando tiene que ingresar a urgencias además utiliza una bata desechable, googles, una careta, una mascarilla N95 y guantes. Si le toca ir al segundo piso, donde se encuentran pacientes aislados por presentar síntomas de coronavirus, utiliza overol, botas desechables, bata, guantes, gorro y cubrebocas.
Para evitar contagiarse o contagiar a sus padres, Abigail toma sus precauciones, entre ellas extremar medidas de higiene, bañarse en cuanto llega a casa, y de ser posible, deja una semana su uniforme en el hospital.
La joven afirmó que, si bien sabe que, por su profesión, la muerte es recurrente, el coronavirus ha hecho más frecuente dar la noticia de pérdidas de vida.
“Vemos pacientes llegar a lo mejor con síntomas de coronavirus como insuficiencia respiratoria, tos, pero los recibimos conscientes, sin embargo, conforme avanza la enfermedad, su salud se va deteriorando e incluso se les tiene que intubar. A penas falleció un paciente que lo vi consciente, pero se complicó su enfermedad, él era un adulto mayor, se fue deteriorando su salud poco a poco. Es difícil, se te rompe el corazón", comentó.