Eran las 21:04 horas del martes 7 de abril y en el suelo de la Ciudad de México aterrizaba un Boeing Dreamliner 787-8. A unos metros había camarógrafos, fotógrafos, reporteros y una comitiva de funcionarios para recibirlo. Se trataba del “Misionero de Paz”, el mismo que trasladó en 2016 al Papa Francisco a México, pero esta vez no se espera a su Santidad, sino el arribo de 1,184 cajas con 10.1 toneladas de guantes y mascarillas KN95 procedentes de China, para brindar protección al personal médico que comenzaba a enfrentar la batallas sanitaria más dura de su vida.
Después de 36 horas de viaje y de recorrer más de 12,315 kilómetros, la aeronave se acercó a la zona de aparcamiento en el Campo Aéreo número 6 en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, que hasta 2018 era el hangar presidencial. A bordo estuvo la subsecretaria de Asuntos Multilaterales y Derechos Humanos de la Secretaría de Relaciones Exteriores, Martha Delgado, quien viajó para verificar el embarque de insumos que adquirió el Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi), en coordinación con la SRE, al gobierno de China.