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#YoVsCoronavirus | Mi hijo de 13 años es sospechoso de coronavirus

Mónica no ha sometido a la prueba de COVID-19 a su hijo Aza por falta de recursos y por miedo de que en un hospital público pueda contagiarse.
dom 03 mayo 2020 06:12 AM
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Niños y adolescentes también pueden contraer coronavirus.

Aza es un niño de 13 años que se encuentra aislado luego de presentar síntomas como tos seca y temperatura superior a los 37° centígrados. Su doctora de cabecera le informó a su madre hace 10 días que era sospechoso de ser portador del nuevo coronavirus, pero ella no lo quiso comprobar porque además de que no tenía dinero para pagar el costo de la prueba, no quería exponer a su hijo llevándolo a un hospital y que ahí contrajera COVID-19.

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“La doctora me dijo que era un probable COVID porque uno de los síntomas es que tienes menos oxigenación, dolor en la garganta; algunos estornudos y una tos fea, como de perro”, relató Mónica, su madre.

En entrevista, la madre de familia aseguró que no tiene claro cómo pudo haberse contagiado su hijo, pues desde que llegó la pandemia a México incrementó los cuidados para ella, sus hijos y padres, casi ninguno salía aunque ello no implicaba que no recibieran visitas y cree que justo ahí pudo estar la razón del posible contagio.

“Mi hermano no se cuida, no cree en el virus. Él viene a la casa porque tiene un despacho, pienso que si no fue él, pudieron ser sus hijas, y a lo mejor ellas lo contagiaron, pero puede que estén asintomáticas”, explicó.

También cree que quizá el contagio sucedió en la única vez que salió hace algunas semanas y lo hizo a una tienda que se encuentra a tres calles del Superama que se volvió famoso luego de que acudiera un youtuber Soy David Show que fue diagnosticado con COVID-19.

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Desde la última vez que Aza fue al médico, su vida cambió. Fue puesto en aislamiento, en un cuarto de la casa, come, toma clases, hace la tarea, juega, ve televisión y duerme.

La doctora le dijo ´´ no puedes acercarte a tus abuelitos, tienes que comer aparte, tus platos se lavan aparte´ , Él tiene sus platos con su nombre, debe tener su propia toalla, jabón. Cada vez que va al baño, se le echa cloro”.

Quien se encarga de su cuidado es Mónica. La doctora le dijo que al tomar Plaquenil, medicamento para el tratamiento del lupus que padece, aunque no está comprobado, es menos propensa a adquirir el coronavirus.

“Me dijo, no me preocupas tú, me preocupan tus papás”, recuerda.

Presentar síntomas de coronavirus cambió la vida de Aza. Ahora no solo tiene que portar cubrebocas todo el día, también tiene que saludar de lejos a sus abuelitos y gritarles que está bien. Él evita acercarse o cruzarse con ellos porque no quiere contagiarlos.

Mónica asegura que decidió no realizarle la prueba que confirmara que su hijo tiene COVID-19 porque sabe que es cara y tenía la opción de llevarlo a algún hospital público, pero tiene miedo de exponerlo a un foco de infección.

“La prueba no se la hice por economía y al hospital es de pensar el ir porque hay muchos contagios”, reconoció.

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Aza, ha enfrentado otras batallas

Mónica sostuvo que Aza al recibir la noticia de era sospechoso de tener coronavirus se puso triste y un poco preocupado, sin embargo, ésta es solo una batalla más, pues desde que nació ha tenido que enfrentar diferentes desafíos,

“Él fue un niño que nació con muchos problemas, nació con paladar fisurado, no solo labio. Ha superado todo desde chiquito”, mencionó.

Incluso más recientemente, antes de que se suspendieran las clases a nivel nacional, Aza también fue diagnosticado con influenza que lo llevó a presentar hasta cuatro días de fiebre.

“Hoy lo veo bien, se ve bien, nada más tiene tos de perro”, destacó.

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