Salvador Cabañas: ‘El JJ’ me dijo que pidiera un deseo porque me iba a morir

El exfutbolista recordó que el autor del ataque, José Jorge Balderas Garza, ‘el JJ’, quien fue vinculado con organizaciones del narcotráfico y ya fue condenado, era un desconocido para él cuando se lo encontró en un baño del Bar Bar de la Ciudad de México. Durante ese encuentro, el 25 de enero de 2010, Balderas Garza disparó contra Cabañas, quien estaba en la cúspide de su carrera.

El incidente se produjo “de la nada”, contó Cabañas. “Me dijo que yo le estaba robando a México. Yo estaba compartiendo con mi expareja después de un partido y ahí pasó”.

“Me apuntó directo a la frente. Estaba temblando con la pistola en la mano y apuntándome (...) Dijo que pidiera mi último deseo porque me iba a morir. Yo le dije que yo no me iba a morir y que no tenía por qué pedir ningún deseo. Le dije que no haga eso”, relató.

“Volví a caminar”

Cabañas piensa que ocurrió un milagro. “Hasta los doctores se sorprendieron. Dijeron que nadie sobrevive a esa clase de atentado. Escuchaba que decían que ya no iba a caminar más. Pasó el tiempo y volví a caminar y se sorprendieron todos”, dijo.

‘Chava’, como le conocen popularmente en México, señaló que con el tiempo gente creyente se le ha acercado para pedirle sanación.

“Viene gente a verme. Viene gente en silla de ruedas, gente que cree que nunca más va a caminar. Hay uno que un mes después volvió a caminar”, dijo.

Como señal de su apego al club mexicano, mostró el anillo por los 100 años de fundación del América que le obsequiaron en 2007, cuando se consagró como goleador de la Copa Libertadores. “Ellos hicieron todo para que me recuperara”, remarcó.

Cabañas sigue las noticias del futbol mexicano y resalta la contratación del entrenador argentino Gerardo ‘Tata’ Martino, a quien se refirió como “el mejor técnico” que tuvo.

La amenaza de la bala

Cabañas se alejó del futbol. “Practico voley con mis amigos del barrio. Lo que pasa es que (los médicos) me prohibieron cabecear, porque la bala que tengo incrustada en la nuca se puede mover y me puede hacer daño. Me dicen que puedo quedar paralítico. Está alojada encima de la vena principal”, dijo.

Hasta hace un par de años, jugó en algunos equipos de segunda división de Paraguay, pero tenía miedo de chocar fuerte con alguien, así como sus compañeros temían chocar con él.

“Me convencí y dije que ya era suficiente. Tenía 21 años de vida profesional. Hoy tengo 39 años…”, dijo.

Diez años después de sufrir el ataque, Cabañas está convencido de que “llegará a viejo”.

“Tengo muy buena salud. Trato de disfrutar de la vida y de los amigos”, dijo.

El hombre que de la cima de los privilegios deportivos y financieros redujo su nivel al de alguien que vive bajo la protección de sus padres aseguró que su experiencia le hizo valorar más a su familia. “Ellos son los que hicieron que me aferrara a la vida”, contó.