“El Fondo minero, el espíritu con el que se creó, era elevar la calidad de vida, impactos socioambientales, la nueva disposición desdibuja el objetivo inicial del fondo, aunque entendemos la parte de que la corrupción existía”, señaló.
Asimismo, organizaciones de la sociedad civil señalan algunos faltantes para el inicio del nuevo fondo como son mecanismos de implementación y participación efectiva, rendición de cuentas sobre los recursos del Fondo aplicados para 2014-2017 y control sobre los recursos que ha recibido el gobierno federal a partir de 2019.
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Por lo que solicitan se discutan e incluyan mecanismos para asegurar que en la asignación y ejercicio de los recursos que integran el Fondo minero se mantenga un vínculo de origen, y se puedan mitigar y resarcir daños creados por la actividad minera; se cree un registro de proyectos financiados, terminados y en curso con información detallada por carpeta de proyecto y se detalle cuántos recursos se incorporaron al fideicomiso creado en 2019 bajo la tutela de la Secretaría de Economía.
También piden que se establezcan criterios de participación y monitoreo para todos los proyectos de infraestructura financiados en 2019 y en el ejercicio de 2020; y se sienten bases para etiquetar y detallar cómo se ejercen los recursos asignados en complemento del financiamiento de infraestructura (para coordinación y administración), desde cualquiera que sea la dependencia que los ejerza.
Olivera señala que espera que se garantice que pueda haber rendición de cuentas y que los recursos “no se pierdan en las arcas de la SEP”. Alertó que aunque estos recursos no se verán en las comunidades, no los derechos de las empresas mineras por lo que deben crearse estos mecanismos que no se pierdan los recursos.