, director de Caminos y Puentes Federales (Capufe) en el gobierno de Enrique Peña Nieto, está bajo investigación de la Fiscalía General de la República (FGR) por la adjudicación de contratos irregulares, de acuerdo con
El medio publicó este jueves que, a raíz de observaciones hechas por la Auditoría Superior de la Federación (ASF) en la Capufe de Neme Sastré (2013-2018), la Fiscalía trabaja junto con la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) de la Secretaría de Hacienda para rastrear todas las operaciones del exfuncionario, de su familia y de círculo cercano.
De acuerdo con esta información, Capufe –adscrito a la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT)– no ha aclarado 58 millones de pesos como resultado de 18 auditorías.
Además, el Órgano Interno de Control descubrió un daño patrimonial por 38.5 millones de pesos por concepto de sueldos pagados no devengados.
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La investigación estaría relacionada con la firma de contratos a sobreprecio, y aunque el nombre de Benito Neme no aparece en alguno de esos documentos, los investigadores han obtenido información sobre operaciones financieras que no corresponden con sus ingresos.
Además, se señala a Neme Sastré de haber dado órdenes, como director de Capufe, para favorecer a determinadas compañías y aumentar costos.
Según lo reportado por Eje Central, al menos cuatro excolaboradores de Benito Neme también están siendo investigados por la Fiscalía General y la UIF.
El extitular de Capufe es hijo de Salvador Neme Castillo, quien fuera gobernador de Tabasco de 1989 y 1992; y cuenta con el grado de maestro en Derecho por la Universidad de Houston.
La relación de Benito Neme con Peña Nieto se remonta a septiembre de 2008, cuando él y su ahora exesposa, Angélica Rivera, fueron los padrinos de bautizo de su hijo.
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Posteriormente, Enrique Peña Nieto, entonces gobernador del Estado de México, lo invitó a colaborar en su plan de campaña rumbo a las elecciones presidenciales de 2012, nombrándolo su coordinador jurídico.
Ya como titular de Capufe, uno de sus primeros escándalos fue por el deslave de marzo de 2013 en la autopista México-Querétaro, que dejó un saldo de siete muertos.