Durante un recorrido para medios, el curador en jefe del Museo de Arte Moderno, Carlos Molina, contó que, seguramente, el interés y el "misterio" que provoca la exposición "se deba a que el edificio no era de acceso público en los regímenes pasados".
"Cualquiera se sentiría un tanto interesado en saber qué pasaba (en la casa presidencial), en saber dónde estaban los cuadros", agregó.
Cada presidente de México usó los cuadros como le vino en gana, ubicándolos al gusto sobre el espacioso domicilio.
Pese al misterio, el experto en arte apeló a los hechos que se conocen: "Solamente tenemos una claridad: (Salinas) encargó 33, que son estos 33 que están a la vista y no sabemos si después ocurrieron otros encargos, o si por allí estén otros cuadros".
