El tianguis de Puebla donde la gasolina robada se vende a 9 pesos el litro
Nota del editor: Este texto se publicó originalmente el 6 de enero de 2017 en Expansión.mx . Se reproduce a continuación ante el interés periodístico que ha surgido sobre el tema.
SAN SALVADOR HUIXCOLOTLA, Puebla (ADNPolítico).- A solo unas cuadras del despacho del alcalde Filomeno Cruz, frente a policías municipales y a 10 minutos de un puesto de seguridad controlado por militares y agentes federales, todos los días opera un mercado donde, además de frutas y verduras, se venden litros de combustible robado de ductos de Petróleos Mexicanos (Pemex).
Es 29 de diciembre a mediodía. Los rayos del sol empiezan a tostar la piel de quienes entran y salen de la Central de Abasto del municipio de San Salvador Huixcolotla, que se extiende sobre 42 hectáreas de terreno aledañas a la carretera federal Puebla-Tehuacán, a únicamente hora y media de la capital del estado.
Aquí no hace falta preguntar por los huachicoleros, como se conoce a los hombres que extraen y comercializan el combustible robado. En cambio, ellos mismos se hacen notar: con mangueras transparentes y de color verde en mano, llaman la atención de los automovilistas, van y vienen entre pasillos en búsqueda de clientes, y se pierden entre las decenas de vehículos que llegan al lugar para recargar sus tanques.
Cada día, según testimonios de estos vendedores, alrededor de 30 camionetas con bidones de gasolina y diésel sacado de tomas clandestinas entran al tianguis y sus encargados instalan sus puestos. Entonces, codo a codo comparten el espacio con quienes ofrecen alimentos —y en ocasiones prenden fuego para cocinar— en este sitio donde la afluencia los domingos alcanza las 20,000 personas.
Entre los compradores, pocos preguntan por la calidad del producto. Tampoco se quejan del tráfico y las filas que se forman cuando muchos conductores esperan a ser despachados. Para la mayoría, lo más importante es el precio: los pesos que se ahorrarán surtiéndose aquí en lugar de hacerlo en una gasolinería.
Sigue en ADNPolítico el resto de nuestra cobertura sobre el nuevo operativo federal contra el huachicol
'Mordidas' para poder vender
—¿Cuánto le damos? —pregunta un joven.
—¿A cuánto está?
—A 1.80 la garrafa (180 pesos el galón de 20 litros).
—¿A cuánto el litro?
—A nueve pesos.
—¿No estaba a siete?
—Sí, pero ya todos lo subieron para darle la cuota a los (policías) estatales, porque ya estaban entrando (al mercado) y estaban agarrando a varios. Por eso ya está en 180 el galón.
Lee: Hacienda lleva a la Fiscalía General cinco casos de huachicoleo en altas esferas
Hace dos semanas, los ladrones de combustible aplicaron su propio 'gasolinazo' y decidieron aumentar sus precios dos pesos. Aun así, el monto es 50% más barato que en las gasolinerías, luego del incremento que entró en vigor el 1 de enero de 2017 por orden del gobierno federal.
La disposición también implica dividir al país en 90 regiones y que el precio de la gasolina y el diésel sea diferente en cada una. En el caso de Puebla, la Premium debe venderse en 18.36 pesos el litro.
Dentro del tianguis de Huixcolotla, los vendedores tienen sus propias reglas. Por ejemplo, sancionan con 5,000 pesos a quien intente vender en menos de los nueve pesos fijados. Solamente se permite hacer descuentos a "clientes VIP": si alguien compra más de 200 litros, cada uno se le cobra a ocho pesos, y si adquiere 500 o más, a 6.50.
"Ya se organizó más o menos para que se levante el costo (…) Como dice el patrón: ¿qué no rinden las correteadas de los huachos (militares), las pinches balaceadas o qué?", dice otro joven vendedor.
Ante el 'gasolinazo', más ganancias
Hasta hace dos meses, la venta de combustible robado —una actividad común en Puebla— se realizaba con discreción e incluso requería de contactos y contraseñas. Después, los vendedores optaron por operar a plena luz del día, pero desde entonces ningún huachicolero ha sido detenido, según los testimonios recabados.
Más aún, quienes se dedican a este ilícito creen que el aumento en los precios de las gasolinas les abre la puerta a obtener más ganancias. Ante el alza gubernamental, que ha generado protestas y actos vandálicos en algunas ciudades, los expendedores analizan subir el litro a 10 pesos.
En tanto, la llegada de compradores al tianguis es constante. Vienen de Puebla y de otros estados, como Veracruz, Oaxaca, el Estado de México o Querétaro, y se trata de conductores de camiones de carga y de autos particulares que, en muchos casos, ya tienen un vendedor de confianza.
Según cálculos de los propios huachicoleros, en Huixcolotla a diario se comercializan unos 120,000 litros, lo que les deja una ganancia aproximada de 1 millón 80,000 pesos.
Parte de ese dinero, aseguran, la reparten entre militares, policías estatales y la mesa directiva de la Central de Abasto con el fin de poder operar. Al respecto, la oficina de prensa de la Secretaría de Seguridad Pública estatal rechazó emitir comentarios y solo indicó que corresponde a la Procuraduría General de la República (PGR) investigar el delito de robo de combustible.
Un negocio ilícito con altos costos
En los últimos años, la ordeña de ductos de Pemex ha crecido y ha derivado en problemas como escasez de hidrocarburos en algunos estados. Información de la empresa pública obtenida a través de solicitudes de transparencia señala que, de 2013 a julio de 2016, las autoridades localizaron más de 15,000 tomas clandestinas.
Lo anterior representa un quebranto económico de 10,204 millones de pesos en lo que va de la presidencia de Enrique Peña Nieto, es decir, 7.4 millones de pesos al día.
A la par, las disputas entre grupos delictivos dedicados al robo de combustible también han tenido costos humanos. Por ejemplo, tan solo en lo que va de 2016 al menos 25 personas fueron asesinadas y calcinadas por el choque entre sus agrupaciones, y se han cometido otros asesinatos ligados al tema, según reconoce la fiscalía local.
Puebla ocupa el primer lugar nacional en tomas clandestinas. De enero a octubre de 2016 se contabilizaron 1,145, lo que equivale a 45% más que las 785 que se registraron en todo 2015. Los puntos de mayor atención son los municipios del llamado "triángulo rojo" —Palmar de Bravo, Tepeaca, Quecholac, Acatzingo y Acajete—, donde se concentra 80% de los hurtos.
"No es un tema estatal"
Cuestionado sobre el tema, el gobernador Rafael Moreno Valle dijo a medios locales el miércoles que atender el robo de combustibles no compete a su administración —que termina el 31 de enero—, aunque esta colabora con las autoridades federales para responder al problema.
"Obviamente no es un tema estatal, pero nosotros ya hablamos con el director de Pemex, hablamos con el procurador y estaremos haciendo operativos. Espero que ustedes puedan ver muy buenos resultados. El gobierno del estado todos los días detiene a gente, aunque no es una competencia estatal", señaló el mandatario panista.
"Todos los días detenemos gente y la remitimos a la PGR, todos los días recuperamos combustible robado. Sí anticipo operativos contra el robo de combustible y vamos a seguir con auditorías en gasolineras en coordinación con el SAT (Servicio de Administración Tributaria) para detectar quiénes son los que están utilizando combustible robado y aplicarles todo el peso de la ley", concluyó Moreno Valle, quien aspira a competir por la presidencia en 2018.
En tanto, el alcalde Cruz reconoce que existe la venta de combustible robado en el tianguis del municipio, pero asegura carecer de las facultades y capacidades para enfrentar este ilícito, y que las autoridades estatales y federales no han atendido sus peticiones para intervenir en el caso.
"En la Central de Abastos todo mundo ve qué pasa... ¿Yo qué puedo hacer? Nada. No puedo hacer nada. Todos los días suena mi teléfono y me amenazan. Está muy difícil. No está en mis manos, discúlpenme", dijo el edil a medios locales a finales del año pasado.