La tregua significa que ambas organizaciones criminales dejarán de avanzar sobre nuevos territorios, para evitar enfrentamientos en Guerrero. Es decir, habrá cese al fuego.
Los Tlacos y Los Ardillos también pactaron un acuerdo de no agresión y respeto a los negocios que cada uno controla en Chilpancingo, afirmó esta semana el padre José Filiberto Velázquez.
“En esta tregua de Chilpancingo no intervino el estado ni fue a petición de él, y eso es lo que se debe de esperar, la neutralidad del estado. Fue iniciativa de un grupo y el otro aceptó”, difundió la organización en un comunicado.
Los acuerdos entre estos cárteles se da semanas después de que cuatro obispos organizaran una reunión con Los Tlacos y La Familia Michoacana.
En ese encuentro buscaban pacificar la localidad de Las Tunas, en el municipio de San Miguel Totolapan, estado de Guerrero. Sin embargo, en este caso no se alcanzó ningún pacto.