El ciclón desplazaba vientos máximos sostenidos de 230 kilómetros por hora y avanzaba hacia el oeste noroeste a 17 kms/h, de acuerdo a datos del CNH.
Está previsto que durante el fin de semana Hilary se acerque a la costa oeste de la península de Baja California, donde dejará fuertes lluvias y podría causar inundaciones costeras, y que llegue debilitada como tormenta tropical al sur de California, Estados Unidos, la noche del domingo.
El subdirector del CNH, Jamie Rhome, dijo que aunque las aguas frías de la costa de California suelen debilitar los huracanes y las tormentas tropicales, "se espera que este sistema mantenga su fuerza porque se moverá rápidamente".
La expectativa es que las fuertes precipitaciones de Hilary azoten California, Nevada y la vecina Arizona tras una ola de calor estival que ha batido récords.
Según el Servicio Meteorológico Nacional estadounidense, Phoenix (Arizona) soportó durante todo julio temperaturas superiores a los 43°C, atrapada bajo una "cúpula de calor" de aire estancado.
En el desierto californiano del Valle de la Muerte, las temperaturas alcanzaron los 53ºC a mediados del mes pasado, entre las más altas registradas en la Tierra en los últimos 90 años, mientras decenas de millones de estadounidenses fueron puestos bajo alerta por calor.
Antes de la ola de calor, cerca de una docena de ríos atmosféricos habían azotado el sur de California, su costa central y su corazón agrícola, provocando inundaciones, corrimientos de tierra y cierres de carreteras, mientras las autoridades ordenaban la evacuación de miles de personas.
(Reporte de Diego Oré y Valentine Hilaire en Ciudad de México, Rich Mckay en Atlanta, y Timothy Ahmann y Frank McGurty en Nueva York; editado en español por Raúl Cortés Fernández)