Nota del editor: Este texto se publicó el sábado 19 de enero. Se actualizó este martes 22 de enero con las nuevas cifras de muertos y heridos.
TLAHUELILPAN, Hidalgo (ADNPolítico).– "El rumor corre. Aquí había mucha gente inocente que no era ni huachicolera, la verdad. Inocentes de hasta siete años, ocho años. Nosotros vimos los cuerpos", cuenta una joven que busca en la zona de la explosión a dos de sus hermanas.
Acompañada de sus tías, tíos y otra de sus hermanas, la joven –que pidió no ser identificada– acusa que por la madrugada los cuerpos fueron movidos, por lo que no pensaba moverse de ahí hasta encontrar a sus hermanas.
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El estallido fue ocasionado por una toma clandestina en el ducto Tuxpan-Tula la cual se salió de control. El gobernador Omar Fayad informó en la mañana del sábado que hasta ese momento había 66 muertos y 76 heridos "graves y muy graves", entre ellos menores de edad.
Para este martes ya suman 93 fallecimientos y 46 personas lesionadas que aún están en el hospital.
Mujeres, hombres, niños y familias enteras buscaban desesperadamente a sus seres queridos. La mayoría se quejaba de la falta de claridad, la falta de información y la incertidumbre de saber dónde se encuentran sus familiares. Aunque también había personas que llegaron a presenciar cómo quedó el lugar.
"Yo solo vengo a ver. Ayer pasé por la noche y vi mucha gente en la carretera que se estaba quemando. Un joven le decía a otro: ‘tírate, arrástrate’. Esto aquí era una carnicería. Hasta vi a unos niños encerrados en un carro, estaban llorando. Yo creo que sus papás los dejaron por venir por gasolina, ya luego vi en las noticias que andaban solos en la milpa", cuenta una mujer que también se reservó su nombre.
"Venimos a las cinco de la mañana a reconocerlo"
Eréndira Pérez Rojas fue una de las personas que logró identificar durante las primeras horas de este sábado el cuerpo de su sobrino Misael Juan Pérez. Los tatuajes fueron la clave para reconocer al joven de 23 años de edad.
"Eran las cinco de mañana cuando venimos a reconocerlo. Nos acaban de informar que los van a entregar aquí en el COBAEH (Colegio de Bachilleres del Estado de Hidalgo) ya sin necesidad de ir al Ministerio Público", comenta.
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Según el testimonio de Pérez Rojas, la noche del viernes se encontraba en la fila de una gasolinera en la espera de cargar combustible cuando recibió una llamada de su hijo. Al ver la gran cantidad de ambulancias, soldados y ante la sospecha de que unos de sus hijos estuviera en el lugar, se trasladó a la zona de la explosión junto con su esposo.
Sin embargo, en una llamada le fue notificado que dos de sus sobrinos se encontraban en el lugar, al que habían arribado con el propósito de abastecerse de gasolina.
"No entiendo qué hacía en el lugar"
Dos adultos mayores se mantenían en el lugar a la espera de saber algo sobre su hijo, un joven de 20 años de edad, padre de un bebé de dos meses.
"Estaba con su suegro, quien nos avisó fue mi nuera. Desde la casa vimos las llamaradas, nunca pensamos que iba estar aquí. No entiendo qué hacía aquí", relata entre lágrimas la madre del joven, que acompañada de su esposo y envuelta en un rebozo se encontraba a la espera de informes por parte de los policías ministeriales.
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