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Partidos de oposición disminuidos y en crisis, Sheinbaum tendrá vía libre

Claudia Sheinbaum encontrará un país con una oposición desdibujada y enfocada en resolver crisis internas; expertos alertan un escenario en el que el próximo gobierno no tendrá necesidad de negociar.
sáb 24 agosto 2024 11:59 PM
Sheinbaum gobernadores
A diferencia del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, el de Sheinbaum no tendrá una oposición fuerte desde los gobiernos estatales, pues Morena será gobierno en el 75% de las entidades.

Claudia Sheinbaum se perfila a gobernar casi sin contrapesos y sin oposición. El 1 de octubre cuando tome posesión como la primera mujer en gobernar México, encontrará un país donde la oposición está desdibujada, PRI y PAN inmersos en crisis internas, 75% de estados son gobernados por Morena y un Poder Legislativo con mayoría calificada o absoluta, lo que le permitirá la aprobación de casi cualquier iniciativa de reforma.

El panorama para Sheinbaum solo es similar al de sexenios del siglo pasado, cuando gobernaba el PRI, pero hasta antes de Ernesto Zedillo (1994-2000), pues fue en 1997 cuando por primera vez se perdió la mayoría absoluta y se dio paso a un gobierno dividido, lo que obligó al presidente y a su partido a negociar con la oposición.

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A partir del 1 de octubre del 2024, Sheinbaum no tendrá que negociar con la oposición; a su llegada a la Presidencia no encuentra el mismo escenario que enfrentaron Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón, Enrique Peña Nieto ni Andrés Manuel López Obrador.

Sus antecesores, de una y otra forma, tuvieron oposición y contrapesos ya fuera en el Poder Legislativo o con los mandatarios estatales agrupados en la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago) o en la Alianza Federalista.

Mario Ramírez Chávez, profesor de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, considera que debido a que no habrá oposición y contrapesos, el de Sheinbaum es un gobierno que prácticamente tiene todo puesto para dar resultados.

“El nuevo gobierno que está por entrar no va a tener oposición. Tienen una mayoría aplastante no solo en el Congreso, también en los congresos locales y gubernaturas. No van a tener ninguna excusa para decir que no se hacen las cosas, prácticamente lo que decidan aprobar va a pasar en automático. Hoy también está la embestida hacia el Poder Judicial”, plantea.

El escenario para el gobierno de Sheinbaum no solo se debe a los triunfos que logró Morena en las elecciones de 2024, también al “tsunami López Obrador” que hace seis años dejó damnificada a la oposición.

El 2018 no solo trajo la tercera alternancia para México, sino fue el inicio de una de las crisis más agudas para el Revolucionario Institucional, Acción Nacional y el de la Revolución Democrática, tanto que éste último ya perdió el registro político.

“Después de los resultados electorales que vimos en la elección federal, la oposición está muy débil”, afirma Luz María Cruz Parcero, doctora en Ciencia Política y catedrática de la Universidad Nacional Autónoma de México.

Desde hace seis años, PRI y PAN fueron perdiendo fuerza. En 2018 esos dos partidos gobernaban 23 entidades (71%) del país, sin embargo, Morena poco a poco fue ganando terreno. Cuando los gobernadores electos asuman el cargo este año, Morena tendrá bajo sus siglas 24 entidades y solo ocho estarán en manos de la oposición.

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En 2019, el presidente Andrés Manuel López Obrador resumió la situación de la oposición: “No han podido constituir y esto lo celebramos –y toco madera para que no se pueda crear– un grupo o una facción con la fuerza de los reaccionarios de otros tiempos. Además, lo digo con respeto, no quiero que se entienda como un acto de prepotencia o una burla, es lo que estoy percibiendo: están moralmente derrotados”, acusó.

A la pérdida de cargos públicos, la oposición suma conflictos internos, lo que complica que puedan tener la unidad y fuerza para encabezar un movimiento fuerte desde la oposición.

Al inicio del gobierno de López Obrador, a pesar de tener más fuerza, no lograron reponerse.

“Es un escenario muy delicado. Primero, por las divisiones internas que tienen los partidos, sabemos lo que acaba de pasar con el PRI en el tema de la dirigencia nacional, que no se renueva, Alejandro Moreno en esta asamblea interna que no tuvo mayor contienda, se relige. Y por otro lado, pues vamos a ver qué pasa con las rupturas en el PAN a raíz de la convocatoria para renovación de dirigencia, eso siempre genera conflictos intrapartidistas”, agrega Cruz Parcero.

Sin agenda ni liderazgos

Como si las derrotas y conflictos internos no fueran suficientes, la oposición tiene otro problema: no tiene agenda ni liderazgos.

Aldo Múñoz Armenta, profesor de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMex), considera que en la oposición no hay relevo generacional, por lo que en el papel opositor podrán verse a los mismos perfiles de siempre.

“Desgraciadamente, son los mismos, no hay renovación generacional... si acaso a los de siempre, se suman liderazgos, llamemósle, académicos, como Lorenzo Córdoba, Leonardo Valdés, Arturo Sánchez, Amado Avendaño”, comenta.

En gobiernos pasados, hubo un firme opositor: Andrés Manuel López Obrador. Hoy en los partidos de oposición no existe un perfil similar al del exjefe de Gobierno de la Ciudad de México y tres veces candidato presidencial, quien con sus críticas lograba respuesta desde el Ejecutivo.

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Los expertos consultados consideran que para el país y la democracia es sano que haya oposición fuerte porque permite evidenciar si un país va o no por el camino correcto.

“Es completamente sano, incluso tanto el disenso como el conflicto forman parte de la democracia, es parte de una democracia saludable. Podemos no tener la misma postura, no estar de acuerdo, pero lo relevante, además, es que hay esos espacios para que la oposición lo pueda expresar, señalar lo que el gobierno realiza mal y que que se pueda corregir”, sostiene Mario Ramírez, de la UNAM.

Sin embargo, Muñoz Armenta considera que la oposición necesita trabajar para ganar fuerza.

"Hay una frase muy buena de Jesús Reyes Heroles cuando da el discurso de la reforma política de 1977: 'no se puede crear por decreto a la oposición. La oposición tiene que tomar su lugar conforme sea capaz de representar a los intereses de las personas y causas'", destaca.

Para el analista, quien en la actualidad tiene la posibilidad de tomar el papel de partido opositor es Movimiento Ciudadano, pero para ello tendrá que decidir si lo hace o se suma al proyecto que representa Morena.

“El crecimiento de Movimiento Ciudadano es un efecto también de rechazo al PRI, al PAN y al PRD. Tendrán la posibilidad de legitimar las decisiones al partido gobernante y sus aliados o ser oposición, pero considero que su apuesta puede ser más un aliado del partido gobernante que ir en coalición con la oposición”, agrega Mario Ramírez.

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