Atacado, desgastado, renovado, fortalecido. ¿Cómo llegó el INE a la etapa de las campañas?
Como siempre llega. Yo estoy en el INE desde 1991. Nos ha tocado enfrentar todos los procesos electorales, por tanto, federales, que se han vivido. Y siempre llega fortalecido. La fortaleza del instituto está en las estructuras desconcentradas. Ahí es donde se habilitan todos los procedimientos para la instalación de las casillas. Que es un punto neurálgico para el desarrollo de la jornada y los resultados que se obtienen de la misma. Esta estructura está firme. Está de pie y está segura. Y altamente capacitada.
Ante una intervención del presidente, ¿se corre el riesgo de que la equidad en la elección se vaya para un lado?
Nosotros tenemos mucha claridad que los actores políticos conocen perfectamente las reglas de la campaña, de la intercampaña, de las precampañas. Conocen, saben y que éstas entonces están supeditadas a posibles quejas y denuncias. La queja y denuncia se atiende de manera inmediata en este instituto y es lo que da la certeza en la equidad, en la igualdad, en las condiciones en las que se debe de llevar a cabo una contienda electoral. Es decir, sabemos que los actores políticos están enterados, conocen la Constitución, conocen la ley. Por lo tanto, las reglas son que a partir de una queja se define una resolución y esa resolución puede ser a favor o en contra. Todos los actores lo saben.
¿Considera que existe riesgo de que alguien no quiera reconocer los resultados de la elección?
Siempre existe. La estrategia política siempre existe. Con márgenes pequeños, con márgenes medianos y altos, siempre existe ese riesgo. Porque, entendamos, que eso es parte de las estrategias políticas de los partidos mismos. Y de sus equipos de campaña. Me parece que lo que ha venido sucediendo es que más allá de la definición de ‘no acepto los resultados’, existe un resultado oficial que ha sido respetado durante todo este tiempo. Aun cuando no se acepten los resultados.
El clima de violencia
Todos los días conocemos casos de ataques contra aspirantes, ¿este clima de violencia no podría inhibir la participación ciudadana el día de la jornada electoral?
Eso es lo que está hoy por hoy en la preocupación central de todos los actores políticos. Pero estoy convencida que el INE sabe resguardar los procesos electorales desde siempre.
¿Cuál es el escenario que vislumbran ante una posible intervención, en algunos lugares, del crimen organizado?
Que habrá que comprobar y acreditar para poder tener historia en ese camino.
En el pasado han habido por lo menos seis casos de elecciones que se han anulado por demostrarse que el crimen organizado influyó en la elección, ¿ven esta situación en 2024?
Con la posibilidad de documentar correctamente esos hechos. Yo creo que ese es el reto más grande. Para poder asegurar y aseverar que es la participación, hay que documentar y dejar establecido que efectivamente es el origen.
¿Qué medidas se están tomando para que los promotores del INE puedan ejercer su trabajo en zonas de violencia?
El acompañamiento oportuno de las fuerzas de las fuerzas de la seguridad para estar atentos del desempeño de nuestros colaboradores en campo… hay estados en donde ya se logró que los C5, que son la primera atención a cualquier llamado ciudadano, ya cuentan con todos los celulares y reconocimiento de nuestros colaboradores para que en cualquier circunstancia ellos hablan y son identificados de manera inmediata y acuden a proporcionar la seguridad que se solicita. Esos son avances muy fuertes para garantizar el desempeño de todos nuestros colaboradores.
¿Qué pasa con la responsabilidad de los propios partidos para controlar que no se meta el crimen en las elecciones?
Justamente, el llamado que le hicimos a los partidos políticos es que actuemos cada quien en el ámbito de nuestras competencias y responsabilidades. Nosotros, buscando el acompañamiento de las instituciones de seguridad y, ellos, asegurándose que no permee en su estructura ninguna influencia negativa, ningún origen ilícito, por ejemplo, en recursos o posiblemente candidatos que tengan algún señalamiento de pertenecer a organizaciones no correctas.