Para Héctor Fiesco, especialista en marketing digital e imagen política, aún existe una brecha digital entre los equipos de las precandidatas a la presidencia de la República y lo que buscan comunicar desde mediados de 2022, se centraron en utilizar canales de comunicación como bardas, anuncios espectaculares, portadas de revista, libros y documentales, que son medios dirigidos a un público mayor y muy general y no se han enfocado en atraer a los jóvenes.
“Los (candidatos) tradicionales y de mayor edad se ven muy forzados a acercarse al público joven, no terminan de entenderle, pero son quienes pueden dar el triunfo”, expresa Fiesco.
Emoción que se diluye
En México, las personas menores de 40 años representan el 50% del padrón electoral, pero son los que menos votan.
“En todas las elecciones desde que el INE empezó a medir la participación electoral en 2003, la curva baja. Los que más votamos somos los que tenemos más de esa edad”, señala Arturo Sánchez, exconsejero electoral del INE.
En las elecciones federales y locales de 2018 destacó la aportación de los jóvenes de 18 años, que superaron la media nacional, al participar el 64.7%. No obstante, las estadísticas electorales muestran que si bien la participación de los jóvenes que acuden por primera vez a las urnas es alta, esta disminuye entre los 20 y 29 años de edad.
En las elecciones a la presidencia en 2012, que ganó Enrique Peña Nieto, el 62% de los jóvenes de 18 y 19 años registrados en la lista nominal acudió a ejercer su voto, mientras que en 2018, cuando ganó Andrés Manuel López Obrador, lo hizo el 61%.
En contraste, del grupo de edad de los 20 a los 29 años, votó el 53% de los registrados tanto en 2012 como en 2018.
El director asociado de Parametría, Francisco Abundis, atribuye una mayor participación de los jóvenes de 18 en las urnas al hecho de que aún están en casa familiar y cerca de sus padres.
“El día de la elección van con la emoción de votar por primera vez y muchos de ellos lo hacen acompañados de sus padres o tutores, todavía no se van de casa y los llevan sus papás a votar. Ya tienen credencial y la quieren estrenar, pero a los 19 años, ya eres universitario, ya estás metido en otras cosas y en otras discusiones. Entonces, baja la participación de una manera muy significativa”, detalla.
Para el consejero del INE Martín Faz, de los 19 a los 29 años, el nivel de participación sí baja mucho. Sin embargo, advierte, no se puede prejuzgar a los jóvenes si no se conocen las razones para su baja participación en la democracia.
“No prejuzgamos respecto de las motivaciones que tienen las juventudes y mucho menos nos da para calificarlos de apáticos”, expresa.
La también consejera electoral Dania Ravel considera que la baja participación de los jóvenes tiene que ver más con que las ofertas políticas hoy tienen poca identidad con ellos.
“Más allá de que sea una persona joven, son muchas veces los ideales que comparten lo que hacen que se obtenga el respaldo ciudadano”, señala Ravel.
Por ejemplo, Danna Mendoza dice estar contenta de que, por primera vez, ejercerá su derecho a voto porque le incentiva que exista la posibilidad que una mujer llegue a ocupar la presidencia de la República, pero lamenta que ninguna de las aspirantes esté conectando con los jóvenes.
“Si yo voy a votar, mi voto tiene que ser para una mujer porque sí quiero que México tenga a su primera presidenta, pero estoy indecisa por cuál de las candidatas lo haré”, afirma.