Este periodo de contienda interna estuvo marcado por varios capítulos de desencuentros y señalamientos entre las “corcholatas” y algunas intervenciones del presidente Andrés Manuel López Obrador.
El titular del Ejecutivo federal fue justo el “arquitecto” de la ruta de la sucesión. Años atrás enlistó a sus posibles sucesores, luego determinó la encuesta como método y más tarde afinó detalles como renuncias, recorridos, no debates, austeridad y “premios de consolación”.
El lunes 19 de junio arrancaron los recorridos de “las corcholatas” y aunque días atrás firmaron un convenio para no realizar confrontaciones personales, promover cualquier acto o expresión de desprestigio, descalificación o agresión hacia sus competidoras, los señalamientos y acusaciones llegaron en cuestión de días.
Las “quejas” principalmente han surgido de Marcelo Ebrard, Ricardo Monreal y Gerardo Fernández Noroña.
El gasto en la organización de eventos y la compra de publicidad para colocarla en cientos de espectaculares de diversas ciudades del país, ocasionó los primeros señalamientos, las primeras quejas ante Morena y el primer llamado de López Obrador.
“Que no lo hagan, ojalá y no lo hagan, que no hagan lo mismo que llevan a cabo los conservadores, que no hagan lo mismo que está haciendo Claudio X. González, que no actúen igual”, sugirió el 11 de julio en su conferencia matutina.
Luego vinieron acusaciones de “cargadas” de gobernadores y de la presunta intervención de funcionarios públicos a favor de Claudia Sheinbaum.
En particular, Ricardo Monreal denunció que algunos gobernadores evitaban que los simpatizantes de Morena acudieran a sus asambleas informativas.
“Por eso, a mí me da mucha tristeza el actuar de algunos gobernadores, que siendo de Morena actúan en contra de los valores y los principios de Morena, amenazando a la gente, evitando que asistan a escucharnos. Totalmente distorsionado el propósito para el cual luchamos”, dijo Monreal.