La iniciativa de reforma a la ley también plantea en su artículo 9 autorizar a las concesionarias la expedición de “una cantidad de boletos excedente respecto a los lugares para pasajeros disponibles en la aeronave”.
Pero en la redacción del artículo 52 que se propone reformar se incluye “la expedición de boletos excedentes a la capacidad de pasajeros en la aeronave es una de las causales de revocación de concesiones y/o permiso”.
La semana pasada el presidente López Obrador confirmó que, como revelaron los documentos filtrados en Guacamaya Leaks, analiza la posibilidad de que la Sedena cuente con su aerolínea, lo que llevó al diputado García Castañeda a presentar su iniciativa.
También propone cambiar la Ley de Aeropuertos para, expresamente, permitir a empresas paraestatales que tengan concesión para prestar servicios de transportación aérea puedan tener el control accionario de una sociedad concesionaria de un aeropuerto.
El artículo 29 de esa ley indica que “en ningún caso, un grupo de concesionarios o permisionarios del servicio de transporte aéreo, sus controladoras, subsidiarias o filiales, podrán adquirir directa o indirectamente, mediante una o varias operaciones de cualquier naturaleza, simultáneas o sucesivas, el control de una sociedad concesionaria de un aeropuerto”.
La propuesta consiste en agregar que “la restricción expresa en el párrafo anterior no será aplicable cuando las concesiones del servicio de transporte aéreo y/o administración de aeropuertos sean otorgadas a empresas paraestatales, incluyendo la participación de aeronaves de la Secretaría de la Defensa Nacional y la Secretaría de Marina”.
En su iniciativa, el legislador de Morena refiere que hay deficiencias en la operación de las aerolíneas, y hay 36 que han dejado de prestar servicios.
El morenista reconoce que hay afectaciones derivadas de que en 2021 México haya sido degradado a la categoría 2 del Programa de Evaluación de Seguridad Operacional de la Aviación Internacional (IASA), decisión tomada por la Administración Federal de Aviación (FAA) de Estados Unidos.
Mientras se mantenga esa decisión “la competitividad, el crecimiento económico, social, laboral y turístico tendrá complicaciones, sin mencionar las continuas irregularidades en las operaciones aeronáuticas”.
Pero la solución que plantea es que haya nuevas empresas aeroportuarias que atiendan la demanda de trasporte aéreo, lo que permitirá el desarrollo ordenado de la aviación y por ende seguridad a los usuarios. Y esto se logrará, expone, al dar acceso a empresas paraestatales a concesiones que les permitan la administración y operación de los diversos servicios aeroportuarios.