"Salí huyendo, me hizo propuestas sexuales; tuve que irme al examen a título de suficiencia", "Tanto trabajadores de la UNAM como profesores me han acosado", "El profesor toma demasiadas fotografías a sus alumnas", "Una universidad libre de acoso"... Estas fueron algunas de las frases que se colgaron a principios de 2020 en los tendederos contra la violencia montados en escuelas del país, los cuales son solamente un reflejo del millón de estudiantes que se estima que sufren acoso sexual cada año.
Ante el problema, desde el Congreso surgen ideas para ponerle fin. La diputada federal Olga Sosa, integrante de la Comisión de Igualdad de Género, presentó una iniciativa para adicionar una fracción XVI al artículo 45 de la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, para que la Secretaría de Educación Pública (SEP) tenga la obligación de diseñar e implementar protocolos de acción en casos de acoso y hostigamiento sexual en los distintos niveles educativos.