Esa eventual integración, que aún tendría que formalizarse, elevaría de 60 a 64 el número de integrantes de la bancada morenista, con lo que la fuerza política fundada por el presidente Andrés Manuel López Obrador tendría la mitad de los 128 asientos del Senado, y estaría a solamente un escaño de contar con la mayoría simple que le bastaría para aprobar nuevas leyes o reformas a las ya existentes.
Junto con sus otros aliados, el Partido del Trabajo (PT) y el Partido Verde Ecologista de México (PVEM), Morena alcanzaría esa mayoría simple con un total de 77 votos, pero aún no llegaría a la mayoría calificada que requieren las reformas a la Constitución, es decir, dos terceras partes de la Cámara alta.
La desaparición de las bancadas del PES y del PRD fue ordenada por la presidenta de la Mesa Directiva del Senado, Mónica Fernández Balboa, de Morena, bajo el argumento de ninguna de ellas contaba ya con el mínimo de cinco legisladores exigido por norma para que se pueda constituir un grupo parlamentario.
Miguel Ángel Mancera, quien fungía como coordinador del PRD, este jueves se declaró “sorprendido” con la decisión. Hasta ahora, los perredistas han formado parte del bloque de oposición a Morena, al lado de los partidos Acción Nacional (PAN), Revolucionario Institucional (PRI) y Movimiento Ciudadano (MC).