El 37.9% de la superficie de la Ciudad de México está cubierta por árboles y arbustos, lo que representa 56,200.56 hectáreas, sin embargo hay alcaldías donde menos del 20% de su superficie es verde.
Tláhuac, Venustiano Carranza e Iztacalco, alcaldías con menos árboles en CDMX

Las demarcaciones con menos superficie arbolada en la capital son Tláhuac, Venustiano Carranza e Iztacalco, cada una con 12% o menos de su territorio cubierto por vegetación. Si bien no se encuentran en los últimos lugares, las alcaldías Iztapalapa, Cuauhtémoc, Azcapotzalco y Benito Juárez tienen menos del 20% de su superficie arbolada.
En contraste, son tres las alcaldías que cuentan con más del 50% de superficie verde: Magdalena Contreras, Cuajimalpa y Tlalpan, de acuerdo con el Índice de Biodiversidad Urbana de la Ciudad de México, publicado por la Secretaría del Medio Ambiente (Sedema) capitalina.
Los árboles y la vegetación tienen un papel importante en la ciudad: ayudan a la regulación del clima, pues generan un efecto de enfriamiento en el ambiente y moderan la radiación solar que llega a la superficie, además de amortiguar el impacto de las inundaciones y previenen la erosión del suelo.
Disminuyen la contaminación del aire al almacenar carbono mediante el proceso de fotosíntesis, permitiendo recudir la presencia de dióxido de carbono producido, por ejemplo, por la quema de combustibles como carbón, petróleo y gas.
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Así mismo contribuyen al bienestar de los habitantes de la urbe. “Las áreas arboladas son indispensables en las ciudades porque proporcionan espacios estéticos y placenteros necesarios para el desarrollo humano”, señala el Índice de Biodiversidad Urbana de CDMX.
Sin embargo, los árboles urbanos enfrentan diferentes amenazas como enfermedades, plagas y la introducción de especies exóticas.
“Es primordial integrar cada vez más especies nativas que brinden condiciones y recursos necesarios para preservar la vida silvestre urbana, y para realizarlo, es importante conservar o restaurar el suelo, evitando la contaminación con residuos de construcción (cascajo), basura y otros elementos que afectan el desarrollo de las raíces y su crecimiento”, indica el estudio realizado por la Sedema.