De pipas y ductos: cómo se vivió el desabasto de gasolina que paralizó la CDMX en 2019
Este 2025, la CDMX enfrenta reportes de desabasto de gasolina en algunas estaciones, sin embargo en el año 2019 hubo una situación mayor que puso en aprietos a los capitalinos.
La crisis duró aproximadamente 13 días, concluyendo el domingo 20 de enero de 2019, aunque en algunos estados persistió algunos días más. Durante ese periodo, el transporte terrestre sustituyó parcialmente al flujo de los ductos como medida de seguridad.(Getty Images/Getty Images)
En los últimos días, los habitantes de la CDMX han reportado que en varias gasolineras solo está disponible el combustible tipo Magna, ocasionando problemas para los autos que consumen diésel o gasolina tipo Premium.
Ante esta situación, la presidenta Claudia Sheinbaum dijo este jueves que el problema obedece a un retraso en los pagos a transportistas que operan pipas.
Este escenario recuerda lo ocurrido en 2019, cuando la Ciudad de México vivió una crisis de abasto por una estrategia nacional contra el robo de combustible.
La afectación no fue continua en todas las estaciones: algunas sufrían escasez durante horas y luego reanudaban operaciones. Sin embargo, la incertidumbre llevó a un patrón de consumo acelerado que complicó la reposición.(Getty Images/Getty Images)
A inicios de enero de 2019, el gobierno federal implementó un plan para combatir el huachicoleo. Este implicó modificar la logística de distribución: el transporte por ductos fue sustituido en parte por traslado terrestre en pipas. La medida afectó el suministro de gasolinas de importación que viajan desde Tuxpan, Veracruz, hasta la terminal de Azcapotzalco, en la capital del país.
De acuerdo con Fernando González Piña, vicepresidente en aquel entonces de la Onexpo Valle de México, el ducto Tuxpan–Azcapotzalco se abrió de manera intermitente desde el fin de semana previo. La terminal de Azcapotzalco abastece a puntos como Añil, Barranca del Muerto y San Juanico, y una reducción en el flujo impactó los inventarios.
En el Valle de México había cerca de 350 estaciones. Un promedio de ocho reportaron no tener producto en algunos momentos del día, en especial Magna, Premium y diésel, aunque no todas cerraron por jornadas completas. González Piña señaló que algunos reportes de cierres en redes sociales se debían a remodelaciones o cambios de imagen, no al desabasto.
La cadena de distribución y los costos
Terminales de almacenamiento y reparto que surten a la capital vieron una caída en sus inventarios. El cambio a transporte terrestre encareció la operación: llevar combustible por carretera resultaba 14 veces más costoso que por ducto. Pemex absorbió ese sobrecosto, por lo que las estaciones no vieron alterados sus costos logísticos.
Autoridades estimaba que el robo de combustible generaba pérdidas de 60,000 millones de pesos anuales. Con esta estrategia, se buscaba reducir esas fugas. González Piña afirmó: “Es bastante más caro transportar por rueda, pero es un ejercicio que vale la pena en ánimo de resolver este tema”.
Cuando se cerraron los ductos, las entidades que se resintieron primero fueron Jalisco, Michoacán, Guanajuato, Querétaro, Hidalgo, Nuevo León, Coahuila y Puebla. Después del Día de Reyes, el desabasto alcanzó al Estado de México y posteriormente a la Ciudad de México.
Escenas difundidas en redes sociales incluyeron largas filas, compras de pánico y abastecimiento en bidones para evitar quedarse sin combustible. Esto provocó que algunas gasolineras agotaran sus reservas y cerraran temporalmente. En respuesta, otras limitaron la venta a 50 o 100 pesos por cliente.
Organización ciudadana y reacción social
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Durante esta situación, automovilistas crearon mapas colaborativos en Google para informar en qué estaciones había combustible. La crisis se reflejó en redes sociales, con memes y videos virales que documentaban las filas y la falta de producto.
La afectación no fue continua en todas las estaciones: algunas sufrían escasez durante horas y luego reanudaban operaciones. Sin embargo, la incertidumbre llevó a un patrón de consumo acelerado que complicó la reposición.
Duración y cierre de la crisis
La crisis duró aproximadamente 13 días, concluyendo el domingo 20 de enero de 2019, aunque en algunos estados persistió algunos días más. Durante ese periodo, el transporte terrestre sustituyó parcialmente al flujo de los ductos como medida de seguridad.
En medio de la contingencia, el 18 de enero se registró la explosión de Tlahuelilpan, Hidalgo, en una fuga de combustible que era recolectado por decenas de personas. El incidente dejó 132 muertos y varios heridos, convirtiéndose en uno de los eventos más trágicos vinculados al robo de combustible.