Segundo piso en Tlalpan divide opiniones sobre viabilidad funcional y financiera
Analistas coinciden en que la propuesta de Clara Brugada tiene buena intención, pero no es funcional para viajes cortos, además de representar un alto costo de ejecución de obra.
Sin presentar un proyecto ejecutivo, un estimado del costo o el tiempo de ejecución de la obra, la jefa de gobierno, Clara Brugada, anunció la intervención de la Calzada de Tlalpan a través de un “segundo piso” peatonal que conecte la zona de Taxqueña con el Centro Histórico.
La propuesta, que forma parte de los ejes de infraestructura para los primeros 100 días de gobierno de la morenista, busca construir un viaducto elevado que incluya áreas verdes y espacios culturales, similar a proyectos implementados en ciudades como Nueva York, Seúl y París.
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No obstante, el proyecto ha dividido opiniones sobre su viabilidad, funcionalidad y posible costo.
Para Areli Carreón, integrante de la coalición Movilidad Segura, una de las impulsoras de la Ley de Movilidad y Seguridad Vial, la iniciativa debería enfocarse en mejorar la vialidad -a nivel de piso- para hacerla más segura y accesible para peatones, personas con discapacidad, ciclistas, usuarios de transporte público y conductores de vehículos motorizados.
¿Qué opinas del segundo piso peatonal en Calz. de Tlalpan? | De viva voz
“Es incomprensible que la calle nada más sirva para la velocidad de un solo tipo de usuario (automovilistas), que además es el minoritario, entonces ¿por qué pensar en hacer una infraestructura elevada, a muy alto costo, con una serie de problemas de accesibilidad, de mantenimiento?”, cuestiona.
Por el contrario, vecinos de colonias ubicadas en Coyoacán, Benito Juárez y Cuauhtémoc, alcaldías por donde cruza la Calzada de Tlalpan en el tramo que abarca el Metro, ven bien la propuesta ante los problemas de inseguridad y accidentes viales que enfrentan a lo largo de la vía.
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La propuesta de segundo piso
Tras asumir el cargo como jefa de gobierno el pasado 5 de octubre, Clara Brugada dio un mensaje en el Teatro Metropolitan ante políticos y representantes de diversos sectores sociales y vecinales de las 16 alcaldías. Durante su discurso, se comprometió a llevar a cabo 93 acciones en los primeros 100 días de su administración.
Entre estas acciones, el punto 25 hizo referencia al proyecto de un segundo piso peatonal sobre la Calzada de Tlalpan, pero no ofreció detalles sobre el inicio de las obras ni sobre la existencia de estudios de factibilidad o un proyecto concreto.
Posteriormente, el 14 de octubre, en una conferencia de prensa, Brugada adelantó que la obra se realizará por encima de las vías de la Línea 2 del Metro, con el objetivo de eliminar las barreras que dividen el oriente y poniente de la Ciudad de México.
Es una reestructuración integral para mejorar, para iluminar, para garantizar que esta vía céntrica de la ciudad mejore.
Clara Brugada, jefa de gobierno de la Ciudad de México
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Factibilidad financiera y funcional
Gonzalo Peón, director ejecutivo del Instituto de Políticas para el Transporte y el Desarrollo (ITDP), considera que la inversión para construir un Viaducto Elevado puede representar un costo superior a la mejora de la vialidad a nivel de calle.
Asegura que, si bien la Calzada de Tlalpan es considerada como una barrera entre el centro y el oriente o poniente de la capital, un segundo piso no resolverá esta problemática si no se ejecuta un proyecto que beneficie a todos los sectores.
“Podría quedar algo muy bonito, pero no necesariamente es la mejor opción. Por eso siempre es importante evaluar alternativas, si no hay soluciones a nivel de calle, entonces podemos irnos a la parte elevada, no empezar desde ahí”, afirma en entrevista.
Rodrigo Díaz, director de movilidad del Instituto de Recursos Mundiales (WRI, por sus siglas en inglés), califica como una “medida saludable” el proyecto planteado por el gobierno de la Ciudad de México, aunque pide poner especial atención a los puntos de conexión entre el nivel de calle y la estructura elevada.
“Es un proyecto que, bien realizado, puede tener un impacto positivo para la ciudad”, estima.
El especialista resalta que, al ser un proyecto de grandes dimensiones, sería necesario que el gobierno capitalino haga partícipes a organizaciones o expertos en movilidad e incluso hacer un concurso de arquitectura para este espacio.
“Podríamos tener una obra como por ejemplo el HighLine de Nueva York e incorporar a las asociaciones de comerciantes porque también impacta su modo de vida”, apunta.
Vecinos de Calzada de Tlalpan ven bien la propuesta
Personas que viven en las inmediaciones de Calzada de Tlalpan ven postiva la iniciativa de Brugada, ya que la vialidad tiene una importante actividad peatonal y comercial desde Viaducto Miguel Alemán hasta Circuito Interior Río Churubusco, según se constató en un recorrido.
Leticia Ramírez Ochoa es vecina de la colonia Portales sur y asegura que como usuaria de la Calzada de Tlalpan, la propuesta del segundo piso garantizará la seguridad de peatones y de ciclistas.
“Es por seguridad de nosotros. Hay negocios que traen tráileres de descarga y sin importar la hora del día uno tiene que bajarse (a la avenida), a ellos no les interesa y nos ponen en riesgo”, dice.
Nora, otra vecina de la Calzada de Tlalpan, afirma que el segundo piso traería mejor seguridad pública y vial: “He visto en las noticias que ha habido accidentes, también es culpa de los automovilistas”, afirma.
Sin embargo, la activista Verónica Teigeiro pidió, a través de una petición en la plataforma Change.org , que el proyecto sea evaluado, pues no podría funcionar para varios usuarios de la vialidad.
En la petición, la activista pide considerar algunos puntos antes de realizar un viaducto elevado peatonal en Calzada de Tlalpan:
Buscar que se disminuya la velocidad de tránsito de Tlalpan de 80 a 50 kilómetros por hora y que ya no sea considerada una vía rápida.
Construir más puentes peatonales cada 300 metros con elevadores
Regular el ambulantaje y reubicarlo
Crear un carril confinado para ciclistas y otro para transporte público
Aplicar medidas correctivas a invasores de los carriles confinados.
Segundos pisos peatonales en el mundo
En la ciudad de Nueva York, Estados Unidos, unas vías elevadas de trenes de carga fueron abandonadas en la década de 1980 por el riesgo que representaba el tránsito de estas unidades.
Entre 1990 y el año 2000, se generó una discusión sobre la demolición de las vías elevadas, al considerar que causaban “mal aspecto”. En 2003 una organización llamada “Amigos "High Line” lanzó un concurso de ideas para aprovechar el espacio y fue así que, entre las más de 700 propuestas, se impulsó un paseo elevado urbano con vegetación, espacios culturales, así como zonas comerciales.
High Line hoy es hoy un espacio elevado de 2.3 kilómetros con 500 especies de plantas y árboles con espacios de arte gratuitos durante todo el recorrido y actualmente es un atractivo turístico de la ciudad.
Have you heard the news? ¡Arriba! is back on the High Line on August 15! 💃
En París, Francia, unas vías de tren abandonadas en el distrito 12 también se convirtieron en lo que hoy se conoce como Coulée verte René-Dumont, un parque lineal elevado de 4.7 kilómetros de longitud.
Fue inaugurado en 1993 y cuenta con áreas verdes, puentes, acueductos y áreas de apreciación de arquitectura de diferentes épocas.
Hoy conocí el Sendero verde René-Dumont, un jardín lineal hecho sobre unas antiguas vías de tren. Son 4.7 km pero podés seguir todo derecho y te encontrás con un castillo (el Château de Vincennes) pic.twitter.com/KvWMiNc8q9
En el corazón de Seúl, Corea del Sur, un viaducto automovilístico fue convertido por autoridades de ese país en Seullo, un parque lineal elevado, inspirado en el High Line de Nueva York.
El también conocido como “Skygarden” fue inaugurado en 2017 y tiene una longitud de 1.2 kilómetros y también cuenta con áreas verdes, de esparcimiento y culturales gratuitas, tiene planes de expansión para los próximos años.