Adiós al reloj del Metro de CDMX: ¿Por qué están cerca de desaparecer?

Ubicación en peligro de extinción

Santiago se desplaza a diario por varias estaciones de la red del Metro y es consciente de que muchos relojes han dejado de funcionar desde hace años, sin embargo no le preocupa; para él, estos esqueletos que cuelgan del techo y que forman parte de la "cultura popular chilanga", se rehúsan a desaparecer, al menos en el imaginario de algunos usuarios.

“Yo siempre les digo a mis clientes que nos vemos debajo del reloj, aunque no sirva, pero está el aparato y quienes usamos el Metro, sabemos ubicarlo, no hay pierde, sirve cuando no conocemos físicamente a la otra persona”, afirma el joven, quien logra realizar su transacción y posteriormente aborda el siguiente convoy para desplazarse a otra entrega.

Un documento emitido por la dirección de instalaciones fijas del Metro señala que de los 598 relojes instalados en todas las estaciones de la red, 524 están fuera de servicio y 74 están operando, es decir, un 12%, los cuales están ubicados en las líneas 1, 2, 8 y 12 de la red de transporte.

La respuesta del organismo es clara: la tecnología ha rebasado a los relojes que hoy, solo son parte de una reliquia dentro de las estaciones.

Al recorrer la red del Metro, se puede observar que en algunas estaciones aún quedan vestigios de aparatos que dieron origen a la frase “nos vemos debajo del reloj”; hoy pasan casi desapercibidos por los usuarios, sobre todo entre las nuevas generaciones de pasajeros.

En la Línea 7, junto a los indicadores luminosos que marcan la dirección de los trenes, existen huecos, algunos con cables salidos y otros que simplemente fueron tapados con un plástico y la leyenda “fuera de servicio”. En el trayecto entre Tacubaya y El Rosario, ninguna estación cuenta con relojes en funcionamiento.

Una situación similar prevalece en la Línea 6 que va de El Rosario a Martín Carrera. Debajo de un extinto reloj en la estación Instituto del Petróleo, Araceli Gómez espera que la lluvia descienda para poder salir a la superficie y continuar su camino a casa. La costumbre de mirar el teléfono o su reloj de pulso, le hizo olvidar que existían estos aparatos en las estaciones. Atribuye la desaparición paulatina de los relojes al relevo generacional.

“A la gente mayor de 40 años, nos tocó esa transición de lo analógico a lo digital. Si lo vemos objetivamente, la tecnología nos está rebasando, todos traemos un celular, así que la hora la tenemos en la mano o en el bolsillo. Si no me recuerdas, no me doy cuenta que ya no existían los relojes”, afirma.

La ausencia de relojes, incluso ha sido motivo de burlas y memes en redes sociales, los cuales hacen alusión a la añoranza por el punto de reunión dentro del Metro.

Una costumbre que no se olvida

Entre las muchas anécdotas que Alberto puede contar a sus casi 70 años, hay una que destaca por la incomodidad que le causó en su momento y que, a la distancia, recuerda con un poco de bochorno en Bellas Artes.

“Llego al andén y debajo del reloj estaba un amigo que tenía tiempo que no veía, me puse a platicar con él, pero cuando llegó la mujer con la que yo estaba saliendo, resultó que era la reciente exnovia de mi amigo, fue un momento muy incómodo, por eso no lo olvido”, dice riendo.

En otra estación, de la Línea 9, Jessica se da un tiempo para consultar Facebook en su teléfono. Es casualidad que lo haga a escasos metros de un reloj apagado dentro del andén.

Recuerda que hace ocho años, su noviazgo inició dentro de las estaciones del Metro y precisamente debajo de los relojes, donde era el punto de encuentro, aunque hubiera ciertas confusiones. “Una vez estaba esperando a un amigo (hoy esposo), pero estábamos esperando en relojes diferentes”, cuenta, al recordar que ella esperaba en Pino Suárez de la Línea 1 y su pareja en Pino Suárez de la Línea 2.

Origen y futuro de los relojes

Aunque los relojes del Metro han formado parte del proyecto arquitectónico de este sistema de transporte desde su nacimiento en 1969, no fue hasta 1986 que la Secretaría General de Obras del entonces Departamento del Distrito Federal publicó un documento de más de 500 páginas denominado “Especificaciones para el proyecto y construcción de líneas del Metro en la Ciudad de México”, donde formalizó las bases estructurales y técnicas para obras a futuro, como parte del plan maestro de ampliación de la red.

En el documento se especifica que en cada estación del Metro deberán ser colocados relojes a la mitad de los andenes, lo cual permitirá una visibilidad óptima y con la finalidad de que los usuarios se informen de la hora real.

Aunque a veces parpadean o presentan ligeros desfases de tiempo, los relojes originales de las líneas 2 y 8 del Metro se resisten a desaparecer, aunque en muchas otras líneas, los relojes, son opacados por varias pantallas publicitarias que mantienen permanentemente la hora a la vista.

En contraste, la Línea 12, la más nueva, mantiene todos sus relojes en funcionamiento, ya que forman parte integral de las pizarras informativas de los andenes.

La Línea 1 es la más antigua, pero recientemente tuvo una renovación total de las estaciones. Ahí los relojes tradicionales han sido reemplazados por modernas pantallas que no solo indican la hora, sino también ofrecen información del gobierno capitalino a los usuarios

El Sistema de Transporte Colectivo (STC) reconoce a través de una tarjeta informativa que 524 de sus relojes están fuera de operación debido a su obsolescencia. Sin dar mayores detalles, el Metro menciona que estos relojes serán sometidos a un proceso de renovación con nuevas tecnologías.

Hasta que ello ocurra, los relojes del Metro solo serán parte de los recuerdos entre algunas generaciones chilangos, sin que se garantice que la modernización pueda tejer nuevas historias o que estas se conviertan nuevamente en puntos de reunión.