La onda de calor que vive todo el territorio nacional se percibe con mayor fuerza en las áreas urbanas como Monterrey y la Ciudad de México, y donde hay "islas de calor". ¿Qué son, cómo afecta a los habitantes y por qué provocan calor incluso en la noche?
¿Sientes calor hasta en las noches? Es posible que vivas en una isla de calor
¿Qué es una isla de calor?
Las islas de calor se definen como un fenómeno que se produce en zonas urbanas que experimentan temperaturas más altas que las zonas circundantes debido a la actividad humana, señala Iberdrola.
¿Qué provoca una isla de calor?
Una isla de calor se deriva de la acumulación de estructuras urbanas como edificios, aceras, zonas asfálticas que absorben más calor y lo liberan más lentamente. El efecto es contrario a lo que pasa en las áreas naturales o con bosque. Por eso, la presencia de árboles en las calles puede aminorar los efectos de una isla de calor.
A las estructuras de la ciudad, hay que agregar la presencia de aparatos, vehículos y máquinas que emiten por sí mismas calor incluso en las noches. Por lo cual, cuando cae el sol, los habitantes de una ciudad pueden seguir sintiendo un calor intenso durante una ola de calor.
Finalmente, la acumulación de gases emitidos por una urbe provoca un efecto invernadero que retiene el calor y contribuye a elevar la temperatura urbana.
¿Cómo afecta la temperatura una isla de calor?
De acuerdo con la Universidad Nacional Autónoma de México, las islas de calor elevan hasta 5 grados la temperatura por encima del promedio de las áreas verdes circundantes de una ciudad.
Natalia Ramirez Ángel, gerente de marca, relaciones públicas y contenidos y de la proptech La Haus, explica que en el centro de Medellín se incorporó un corredor verde conformado por árboles.
“Se registró la temperatura del antes y después y una vez que ya estaban ubicados los árboles la temperatura del centro bajó 3°”, dice la experta.
¿Cómo escapar de una isla de calor?
No hay una solución rápida, pero según el Instituto de Ecología de la UNAM , la vegetación y presencia de árboles en las ciudades puede aminorar el efecto de las islas de calor urbanas. Los árboles absorben hasta 540 calorías por cada gramo de agua que transpiran, por lo cual se recomienda sembrar árboles con mayor potencial transpiratorio.
La Fundación AQUAE señala que los árboles que más CO2 absorben y, por lo tanto, más calor capturan en el entorno urbano son la melia, la acacia de tres espinas, la jacaranda y el olmo.