La protesta social
Por los Cadillacs muchos conocieron el ska, un ritmo que surgió de la clase popular y obrera en Jamaica en la década de los 50 como forma de protesta contra el colonialismo inglés, y en pos de su independencia lograda en 1962.
“Los escucho desde la secundaria, me gustan sus letras, su sonido: el ska, con ellos conocí el ska, me gusta Vasos Vacíos, Calaveras y Diablitos, Manuel Santillán. Mi mamá me indujo, me acuerdo de mi mamá cuando los escucho, y ahora yo se los transmito a mis hijos”, cuenta Alejandra Ochoa de 35 años, mientras los asistentes corean canciones grabadas de bandas de reggae y ska, en lo que llega la hora de que salga la banda.
Juan Ramón de 42 años cuenta que le remiten a sus tiempos de la secundaria y la prepa, cuando estaba el auge del ska mexicano con la Maldita Vecindad, el Panteón Rococó y el Salón Victoria, además de la Insurgencia del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) y la Huelga Estudiantil de la UNAM.
“Me acuerdo que eran los toquines en Ciudad Universitaria, ponían a Los Cadillacs y todos nos poníamos a bailar, se armaba el slam”, cuenta Juan Ramón, entre sonrisas.
Luisa, de 43 años, conoció a la banda argentina cuando tenía 20 años, por el papá de su hijo, “a esa edad me salí de casa de mis papás, empecé a vivir con él, cuando tuve a mi hijo, 2 años después me quedé sola con él, ese pedazo de mi vida estuvo musicalizado con LFC”, cuenta frente al Balcón Presidencial en espera del espectáculo “tenemos la mejor vista”.
Siguiendo la Luna
Después de una lluvia, con el piso de la plancha del Zócalo ya seco, al igual que la ropa de los asistentes, y con paraguas guardados, a las 8 en punto de la noche, retumbó la gran Tenochtitlán. La banda puntual a escena: suena Cadillacs, la legendaria canción con que abren todas sus presentaciones para entrar en calor.
A complacencia, y como anillo al dedo para los “chavorrucos” le sigue Manuel Santillán; Demasiada Presión: “noche de calor en la ciudad, ella te dejó y todo sigue igual”, corean a todo pulmón los espectadores; brincan, cantan, bailan, sudan, levantan la cabeza al cielo para tomar aire, otros tiran bocanadas de humo de mariguana.
LFC nacieron como agrupación desde 1984, ya son 39 años tocando, ya van para los 40, al igual que sus fans, lucen sus canas, no bailan como antes, pero tocan igual y hasta mejor que hace más de 20 años. Se echan la de: tengo tu saco azuuuul, y justo cantando Siguiendo la Luna, las nubes se despejaron para dejar salir al astro noctámbulo, “vamos mi cariño que todo va estar bien, esta noche cambiaré, te juro que cambiaré…”