Miguel Saldívar peregrinó desde Campeche a la Basílica de Guadalupe de la Ciudad de México. Recorrió 1,142 kilómetros para pedir a la Virgen por su hija que padece cáncer.
“Yo me siento muy bien de conocer por primera vez a la Virgen, de pedirle que me libre de todo mal que tengo en los pulmones”, dijo la niña Karime Saldívar.
Su historia de fe, que compartió en redes sociales el propio recinto católico, es similar a la de los 11 millones de peregrinos que, hasta la mañana del 12 de diciembre de 2022, habían visitado la Basílica de Santa María de Guadalupe, en la Alcaldía Gustavo A. Madero.
Con la llegada de los creyentes y la reanudación de las actividades presenciales, el fervor guadalupano inundó de nuevo esta iglesia, la segunda más visitada del mundo solo por debajo de la Basílica de San Pedro, en Roma, Italia.
Ya sin cubrebocas obligatorio, pese a que la influenza, el covid y otras enfermedades respiratorias han repuntado, miles de peregrinos de distintos lugares de México y hasta de Estados Unidos participan en los festejos por el día de la Virgen de Guadalupe, que se conmemora el 12 de diciembre.
En el altar de la basílica, inaugurada en 1976 y diseñada por el arquitecto Pedro Ramírez Vázquez, miles de personas entonaron Las Mañanitas a las doce de la mañana. Cantaron de nuevo a su virgen, en la que consideran su casa, tras dos años de silencio impuesto.
Varios fieles agradecen la salud o ruegan por recuperarla. Después de los primeros dos años de la pandemia de Covid-19, por la que han muerto 330,667 personas en México, los peregrinos dan gracias por la vida.
La devoción por Tonantzin Guadalupe, como también se llama a la virgen, aumenta, quizá, en los momentos adversos.
Según datos de los gobiernos capitalinos en turno, en 2017, tras los sismos de septiembre, 7 millones de personas fueron a ver a la Virgen. En 2019, uno de los años con más homicidios en México, 9.8 millones de peregrinos acudieron a la Basílica de Guadalupe.
Y este diciembre de 2022, tras enfrentar la peor pandemia de los últimos 100 años, las autoridades calcularon la afluencia de 11 millones de peregrinos.
Ante la llegada de miles de peregrinos, el gobierno capitalino implementó un operativo de seguridad y asistencia. Martí Batres, secretario de Gobierno de la Ciudad de México, detalló en conferencia que se colocaron 10 módulos de atención a peregrinos en cinco rutas y en ellos se atendieron a 250,000 personas que necesitaban hidratación, alimentación o atención médica.
Adicionalmente, se desplegaron 20,000 servidores públicos, 5,400 policías y 300 vehículos. También se entregaron 243,000 litros de agua a los peregrinos.
Atrás quedó la imagen del año 2020, cuando el atrio de la Basílica de Guadalupe lució vacío, en este diciembre regresaron las aglomeraciones. Las personas caminaron al recinto católico con grandes estandartes, cargando figuras de la Virgen o acamparon afuera de la iglesia, mientras vecinos de la Alcaldía Gustavo A. Madero les ofrecían alimentos.
Dicen que la fe –o la tradición– mueve montañas y, quizá por eso, los peregrinos continúan su misión sin importar el frío o calor; el cansancio o la enfermedad. Durante este fin de semana de festejos a la Virgen, al menos 2,721 han requerido atención médica y ocho fueron trasladados a hospitales. Entre la multitud, 22 personas se extraviaron, pero ya fueron localizadas.
Pese a este fin de semana tan movido en la Ciudad de México, porque fans de Bad Baunny sacudieron el sur y los peregrinos el norte de la capital, "no se reportaron accidentes" ni "casos que lamentar", afirmó el secretario de Gobierno.
Los saldos, por ahora, se resumen en 548 toneladas de basura y millones de personas conmovidas por regresar a la basílica en estas fechas. Porque, para una gran proporción de la población, ser mexicano es casi sinónimo de ser guadalupano.
