“Hay que convertir este sitio en un reservorio de agua dulce para beneficio del derecho humano al agua, hay que convertirlo en un espacio que le dé beneficios a las comunidades de la zona en términos ecoturísticos y al mismo tiempo hay que permitir que esta zona sea un lugar que disminuya las inundaciones de todo el oriente de la Zona Metropolitana”, dijo durante la presentación.
El proyecto implica tomar 1,200 litros de aguas residuales por segundo, de los cuales 800 litros vendrán de Valle de Chalco y 400 litros de Tláhuac, los cuales serán filtrados con dos plantas de tratamiento, una en cada localidad, para después enviar esta agua al Lago Tláhuac-Xico.
“Tenemos las aguas residuales, llegan a la planta de tratamiento, de ahí 70 hectáreas de humedales. Seis meses de tiempo en residencia en donde el agua recupera, está ahí con vida microbiológica, rayos del sol, veleros, agua de muy alta calidad expuesta al medio ambiente en donde se está renaturalizando o recuperando”, explicó Jean Elaine Burns, subdirectora general de Administración del Agua en Conagua.