Una de ellas fue Veronica Velasco, comerciante de la llamada “calle de las novias” en el Centro Histórico, quien llegó con un arreglo floral con un adorno muy particular: una silla presidencial con fotografías de la mandataria en distintos momentos de su carrera política.
“Estamos muy agradecidos con ella porque nos ha apoyado al 100%, nos está arreglando nuestra calle, que la jefa de Gobierno sepa que la queremos los empresarios, no quisiera ser política pero quiero que sea mi presidenta” expresó.
Algunos vecinos, empresarios y comerciantes también llegaron con arreglos florales de hasta 300 rosas. El mariachi “Sombras” hizo su aparición y juntos esperaron en los arcos del Antiguo Palacio del Ayuntamiento el arribo de Claudia y el festejo.
Juan, un niño de 10 años, llegó junto con su familia desde la alcaldía Tlalpan para entregar un regalo a Sheinbaum.
“Le traigo una sorpresa, es algo para que se tape del frío” dijo Juan, quien se movía de un lado para otro para calmar su nerviosismo.
En punto de las ocho de la mañana, la jefa de gobierno llegó al Zócalo, descendió de su vehículo y caminó hacia la puerta de acceso del edificio. Al ver a Juan, la mandataria abrió los brazos y el niño avanzó hacia ella para abrazarla, al tiempo en que le ofreció una tímida porra.