La representación del Viacrucis en Iztapalapa convocó a alrededor de 1.8 millones de asistentes en la primera vez que se realiza de forma híbrida, presencial y a distancia, tras dos años de realizarse en confinamiento por la pandemia de COVID-19.
El Viernes Santo se abrió a la asistencia del público durante la interpretación de la crucifixión de Jesús de acuerdo a la religión católica; mientras el Sábado de Gloria, pese a planearse como confinado, atrajo a alrededor de 6,000 asistentes presenciales.