El Centro Cultural Carretera 45 es uno de estos espacios que sin recursos gubernamentales luchan por perseverar.
"Eran dos semanas, después un mes que se convirtieron en tres meses, y ya cumplimos casi un año", dice Christian Cortés, director de Carretera 45 Teatro, AC.
"Ha sido muy complejo porque hemos estado sin la posibilidad de abrir los espacios, sin tener ingresos de taquilla, sin posibilidad de seguir haciendo producciones", cuenta en entrevista.
El gobierno capitalino permitió la reapertura de teatros y cines a partir del 1 de marzo, con aforos del 20% de su capacidad en un inicio y luego del 30%.
Sin embargo, para Carretera 45 —ubicado en Juan Lucas Lassaga 122, en la colonia Obrera—, esto significa poder recibir a apenas 13 personas en una sala con 45 butacas, lo que a su vez representa un ingreso de solo 1,560 pesos por función, para pagar a actores, personal de producción y administrativo, además de la renta del local.
"Cuando un espacio es independiente, no tiene el subsidio necesario de las arcas públicas para estar solventando gastos", dice Cortés.
"Lo que hemos hecho nosotros, y que sucede en muchos espacios culturales independientes, es resistir: estar pagando lo mínimo, parte de la renta, sacar al menos para la comida de la gente que trabaja en el espacio", explica.
En los últimos meses de 2020, el teatro estuvo a punto de desaparecer tras no encontrar apoyos de la Secretaría de Cultura federal ni del gobierno local, pero la ayuda de una fundación privada le ha permitido mantenerse en pie.
El cierre de un espacio en la ciudad es ya un gran costo para la cultura de la ciudad".
Christian Cortés, director del Centro Cultural Carretera 45