Édgar Romero Larios, de 14 años, también fue a la iglesia de San Hipólito como parte de una manda con San Judas, para pedir por la salud de su madre quien sufre una distrofia muscular que ha afectado en especial su cadera, al punto de impedirle caminar.
Su abuela, María de Lourdes Martínez, ha danzado desde hace 32 años para pedir por la salud de su hija, quien desde joven tiene el padecimiento.
"Se lo detectaron a los 17 años pero gracias a Dios aún tiene movilidad en las manos. Esta vez no entramos al templo pero sí danzamos, mi nieto viene a danzar desde que estaba en el vientre de su madre", dice María de Lourdes.
Mientras sobre Avenida Juárez policías de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) intentar crear un orden entre los cientos de personas que siguen llegando a lo largo del día y los vehículos que buscan avanzar.
Para entrar, personal de la iglesia y la alcaldía Cuauhtémoc dejan pasar sólo a 40 personas por turno quienes tienen unos cinco minutos para orar, aprender una veladora y recibir la bendición antes de que entre el siguiente grupo.
A la salida, detrás de la iglesia, las personas hacen filas para esperar su turno entre quienes regalan comida, helados, dulces o estampas de San Judas a los fieles, quienes después emprenden el camino de regreso a casa.
La Ciudad de México podría volver a cerrar negocios y actividades a mitad de noviembre si continúa el aumento de hospitalizaciones de pacientes con COVID-19, advirtió la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, en un mensaje a la ciudadanía el pasado viernes.
Dentro de las medidas que el gobierno capitalino anunció para la semana en curso son la intensificación de las verificaciones en restaurantes y bares convertidos para asegurar que cumplan con horarios, reglas de aforo y medidas sanitarias.
Cientos visitan a San Judas arriesgando la salud