Junto a su hija de 10 años, Tatiana Pilar Miranda ve pasar las horas, los días y las semanas desde su cajón de estacionamiento, que ha convertido en una tiendita de botanas y dulces en la Unidad Habitacional Vicente Guerrero, en Iztapalapa.
Aunque vive en la demarcación capitalina con más casos de COVID-19 en términos absolutos —sumaban 8,157 hasta el corte de este 28 de junio—, para ella la pandemia no ha tenido un impacto en el ámbito de la salud, sino en el de su bolsillo: hoy, con sus actividades obtiene unos 50 pesos al día y con el apoyo del programa Mi Beca para Empezar se ayuda para alimentar a su familia.
"No sale ni para el gasto y a veces da tristeza salir: no hay gente, no hay a quién venderle y algunos no encuentran trabajo", afirma. "Han estado saliendo programas de ayuda para los compañeros que también venden, pero no dan nada. Ha sido difícil, pero sale para que comamos", cuenta la mujer.