“Nuestras familias están sufriendo, no tienen nada de comer, tenemos que llevar, si se puede, puro bolillo para pasar el día. Nosotros no le tememos al virus, nosotros somos de guerra, salimos a trabajar. Nosotros no le tememos al coronavirus, lo que nos mata es el hambre”, comentó en entrevista con Expansión Política.
Diego suelta un momento su “diablito”, su instrumento de trabajo, para conversar cómo la declaración de emergencia sanitaria por el coronavirus lo está dejando sin sustento diario.
“Nosotros no tenemos un sueldo, no somos asalariados, por lo que queremos ver si el gobierno nos apoya con algo”, refiere el hombre que porta una bolsa pequeña, conocida como mariconera, que usualmente utiliza para echar las propinas.
El hombre de tez morena trabaja en la zona de la Merced, lugar que desde hace unos días ha visto disminuir la afluencia de clientes. Dice que ni cuándo fue la epidemia de la Influenza A H1N1, que tuvo como epicentro México, cayó tanto el trabajo.