Durante este año, los habitantes de la Zona Metropolitana del Valle de México (ZMVM) disfrutaron sólo 96 días de aire limpio.
Según el reporte disponible de la Dirección de Monitoreo Atmosférico del Gobierno de la Ciudad de México, de 363 días transcurridos en el año, la ZMVM ha tenido un bajo nivel de contaminantes en 40% de ellos.
De hecho, según se indica, en 2019, el Estado de México tuvo una mejor calidad del aire que la Ciudad de México, debido a que la CDMX tuvo 145 días limpios, mientras el Estado, 146.
También se reportó que hubo cuatro activaciones de Contingencia Fase I, además de una Contingencia Extraordinaria.
El contaminante que más ha afectado al Valle de México, es el ozono, cuyos precursores provienen en su mayoría de fuentes de área –como empresas y comercios- (69%), además de fuentes móviles, como vehículos particulares (17%).
La propia Dirección de Monitoreo Atmosférico indica que el Ozono aumenta la susceptibilidad de enfermedades respiratorias en la población.
“Cuando el tracto respiratorio es expuesto al ozono se produce daño en el mismo, el alcance dependerá de la concentración de ozono, la duración de la exposición, los patrones de exposición y la ventilación. Estos efectos aumentan la susceptibilidad a las infecciones respiratorias. En asmáticos expuestos diariamente al ozono, se ha reportado un incremento en la incidencia de ataques asmáticos y síntomas respiratorios. El ozono reduce la función pulmonar y hace más difícil la respiración profunda y vigorosa. Cuando esto sucede, la respiración comienza a sentirse incómoda”, explica.
Se registraron también 175 días donde los niveles de partículas PM10 superaron los niveles que se consideran seguros para la población. Mientras, 308 días de este año estuvieron limpios de partículas PM2.5.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que estas últimas afectan a más personas porque pueden atravesar la barrera pulmonar y entrar en el sistema sanguíneo.
La organización multinacional alerta también que la exposición crónica a partículas contribuye al riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares y respiratorias, así como cáncer de pulmón.
