El lago de Xico puede solucionar el problema de agua en Iztapalapa: Brugada

El lago de Xico es una fuente localizada a solo cinco minutos de Iztapalapa –la alcaldía más poblada de la capital–, precisamente en el "corazón de la escasez de agua”, que puede aprovecharse para no quitarle este líquido a otra comunidad.

Brugada plantea que este plan debe ser metropolitano y podría incluir recursos federales ya que no atendería solo a la ciudad sino a los municipios del Estado de México que están alrededor de zona oriente: Los Reyes, Iztapalapa, Nezahualcóyotl, Chimalhuacán.

Esta solución –la cual ha planteado desde tiempo atrás– se da frente a la situación crítica que vive Iztapalapa con respecto al abasto de agua. La alcaldesa asegura que esta demarcación es donde más se expresa la crisis hídrica, por lo que pide que se vea “como un espejo” de lo que no se quiere que pase en la ciudad.

Por ello, hace un llamado para proteger a la alcaldía no solo ante escasez, sino también ante las inundaciones y las grietas en el suelo; además plantea su objetivo de que sea un modelo de atención de los tres niveles de gobierno para evitar que eso se profundice.

¿Cuál es la situación en Iztapalapa?

Clara Brugada señala que el modelo de gestión, que entubó el agua y privilegió la sobreexplotación de mantos acuíferos, ha llevado a una crisis. Tan solo en la demarcación que gobierna ya ha provocado problemas de distribución, escasez, y ha generado cerca de 2,400 grietas que afectan las calles, casas, escuelas, entre otras.

Brugada explica que las grietas afectan a más de 14,000 viviendas, que en algunos casos las mantiene inhabitables. Todo esto es producto, asegura la alcaldesa, de una política pública mala.

“Son errores históricos y estratégicos que nos tienen en una situación gravísima”, considera en entrevista con Expansión Política.

Ella alerta que en Iztapalapa al menos 600,000 personas reciben agua por tandeo, es decir limitada, y hay a quienes les llega una vez cada semana o cada quince días, lo que implica que tienen que distribuir el recurso por medio de pipas.

Explica que en esta demarcación se cuenta con 140 pipas, pero que hay ocasiones en las que se tienen que rentar otras más para satisfacer la necesidad de los habitantes. Señala que este se convirtió en un problema de “clientelismo” que incluso ha generado violencia, debido a los casos en los que se han usado armas de fuego y se han “secuestrado” estos vehículos.

Por ello, la alcaldesa plantea una estrategia para repartir este líquido a través de módulos a los que la gente acuda para abastecerse. También propone modernizar la distribución de pipas y ponerles GPS.

Aunado a esto, ha llevado a cabo una estrategia de mitigación de grietas, llamada “acupuntura urbana” para atender esta situación.

¿Qué se puede hacer?

La alcaldesa asegura estar contenta de que haya una voluntad en los tres niveles de gobierno para entablar estrategias que permitan atender la problemática en el abasto. Para ella, el primer paso es cambiar el modelo de gestión de agua para la ciudad que debe consistir en dejar de estar explotando intensivamente el agua del subsuelo y buscar nuevas fuentes.

“El gran reto es cambiar el modelo de gestión del agua, aprovechar más la lluvia, hacer modelos de gestión donde no solo se trate de hacer grandes tuberías para sacar el agua sino tratar de desarrollar proyectos locales que permitan aportar agua o hacer que el agua de la lluvia se canalice y sea reutilizada”, detalla.

El segundo reto, plantea, es redistribuir el agua de manera más justa. Considera que las desigualdades que hay en la ciudad se ven reflejadas también en la distribución del recurso, pues hay zonas con hasta 600 litros de agua por habitante mientras que en Iztapalapa tienen una cantidad muy pequeña y otras donde el agua no llega por días.

Estas desigualdades se atienden a través de un proyecto de redistribución de la actual agua, de tal manera que sea más pareja la cantidad. "El gran objetivo sería que todo ciudadano que vive en esta capital pueda tener derecho a tener cierta cantidad de agua que hoy no se tiene”, asegura.

Otra propuesta es armar estrategias y protocolos para que las alcaldías puedan garantizar que en las épocas de estiaje y escasez, la población no se enfrente a una situación difícil.

“Necesitamos tener protocolos para que llegue agua a través de pipas, de una forma más moderna, de una forma con mucha transparencia, que no haya corrupción”, afirma.

Brugada reitera que pensando en proyectos como el del Lago Xico, la cooperación de los tres niveles de gobierno y estrategias bien pensadas, no solo al corto plazo, es como se puede afrontar el problema de una mejor manera.