A los siete años, ‘Sophía’ se puso por primera vez un vestido. Ese día, después de ponérselo, corrió a abrazar y besar a sus padres y a su hermana. Luego, brincó por toda la casa, y no dejó de posar frente al espejo y de sonreír cada que se veía en esa prenda azul.
‘Sophía’ —cuyo verdadero nombre fue cambiado a petición de sus padres— nació con género masculino pero nunca se identificó con él. Su familia cuenta que desde pequeña se inclinó por el género femenino: tomaba toallas u otras telas y se las enredaba en el cuerpo para simular que traía vestidos, se calzaba zapatos de tacón o se ponía pelucas.
“Yo la llevaba a las jugueterías a la sección de niños y le enseñaba los carritos, y se terminaba yendo a la sección de niñas. Ahí era donde estaba más entretenida. Al principio, nunca pidió nada de niño ni de niña, pero los juguetes que le llamaban la atención eran los de las niñas”, recuerda su padre, Manuel Martínez.