Al ser administrado por instituciones privadas, el secreto bancario o fiduciario impedía el acceso a la información
de los ciudadanos a las aportaciones, así como su destino.
Esta modalidad operó hasta 2021 cuando la Semovi y las instituciones bancarias operadoras del FTMP decidieron transferir sus recursos al Fondo para la Promoción del Financiamiento del Transporte Público (FIFINTRA), operado por Nacional Financiera.
“Dicho fideicomiso se integra de las sumas de dinero que se aporten a través del gobierno de la Ciudad de México por conducto de la Secretaría de Administración y Finanzas sea por donación o por cualquier otro título jurídico cuyos fines permiten la aplicación de recursos transferidos para realizar acciones para el mejoramiento del transporte público”, se lee en el documento.
¿Y los recursos?
Aunque el anterior fideicomiso mantuvo su opacidad en ingresos y egresos, cada empresa comunicó a su conveniencia, las aportaciones hechas al fondo.
Ejemplo de ello es que en 2018, la empresa UBER dijo a través de un comunicado que transfirió al extinto FFTMP más de 30 millones de pesos correspondientes al 1.5% de los ingresos por cada viaje realizado en su plataforma durante el ejercicio de 2017, cantidad que incrementó en los años subsecuentes sin tener una cifra exacta.
En el documento consultado, se señala que el fideicomiso privado reportó mediante una sesión extraordinaria del comité técnico que se transferirán 310 millones de pesos a la Secretaría de Administración de Finanzas como un “donativo”, pero solo se depositaron 110 millones.