Enrique de la Madrid, hijo del expresidente Miguel de la Madrid, siempre ha sido una figura que despierta expectativas en el espectro político mexicano. Con su perfil técnico y discurso conciliador, parecía destinado a liderar una renovación del PRI, un partido desgastado por los años y las polémicas. Sin embargo, bajo el liderazgo de Alejandro “Alito” Moreno, el PRI no solo perdió credibilidad, también la brújula, convirtiéndose en un partido que expulsa talento en lugar de atraerlo.
#ZonaLibre | ¿La reinvención de Enrique de la Madrid?
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La gestión de “Alito” ha alejado a figuras clave que podrían haber revitalizado al partido, orillándolas a buscar nuevas plataformas. En este contexto, el Partido Verde ha jugado un papel fundamental, abriéndole las puertas a los priistas inconformes. Lo que alguna vez fue un partido con una agenda ambientalista se ha convertido en un trampolín político para quienes necesitan un nuevo inicio, adaptándose con sorprendente pragmatismo a las necesidades del momento.
Enrique de la Madrid se encuentra en una encrucijada. Aunque ha mantenido su fidelidad al PRI, su estilo de liderazgo y su discurso renovador chocan con el estancamiento del partido. Su perfil técnico, experiencia en temas económicos y turísticos, y su apellido le permiten conectar tanto con los sectores tradicionales como con aquellos en busca de modernidad. Esto lo convierte en un político atractivo para proyectos externos al PRI, como el del Partido Verde y, eventualmente, el de Morena.
¿Destino 4T?
¿Por qué el morenismo le abriría las puertas? Morena ha demostrado ser pragmático al sumar perfiles que complementen su proyecto de transformación, y Enrique ofrece justo eso: credibilidad, experiencia y una conexión con sectores moderados que podrían fortalecer la narrativa de continuidad del gobierno. Su paso por la Secretaría de Turismo, donde impulsó programas como Pueblos Mágicos, encaja con la visión regionalista y de desarrollo sustentable que Morena ha priorizado. Además, su red de contactos con antiguos priistas que hoy colaboran con la 4T podría facilitar su integración.
El Partido Verde, como puente, podría ser el escenario ideal para que Enrique mantenga su vigencia, alejándose de las controversias del PRI y construyendo una transición política que lo acerque al morenismo. Sin embargo, el camino no es lineal ni automático. Este movimiento lo colocaría en una posición interesante: ¿debe apostar por sumarse al proyecto hegemónico de la 4T o liderar una oposición moderada que busque una nueva forma de hacer política?
El futuro de Enrique de la Madrid dependerá de su capacidad para leer el momento político y decidir qué papel quiere jugar en la historia contemporánea de México. ¿Cederá al pragmatismo y dará el salto a Morena o encontrará la manera de reinventarse como líder de una oposición equilibrada y constructiva? La respuesta definirá su destino y el de un sistema político que aún busca estabilidad en medio del cambio.
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Nota del editor: Las opiniones de este artículo son responsabilidad única del autor.