Desde principios de año se preveía que la economía estadounidense podría entrar en recesión. Pese a estos augurios y el acelerado aumento en tasas de interés que ha anunciado repetidamente la Reserva Federal (Fed), hasta hace unos meses, la economía más grande del mundo presentó una fortaleza continua en el empleo y su mercado accionario reportó ganancias. No obstante, persisten noticias que recientemente han causado nerviosismo.
#LaCoyunturaEconómica | México requiere una política industrial con innovación
Es indispensable que exista visión de futuro, no solo para aprovechar la coyuntura, sino para construir una ruta de crecimiento de largo plazo.
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La semana pasada, la plataforma “Elements” identificó que existen al menos 7 billones de dólares en depósitos bancarios que no se encuentran asegurados en el sistema bancario estadounidense, situación que ha intensificado los cuestionamientos sobre cuántos prestamistas podrían sufrir situaciones similares a la que recientemente presentó el Silicon Valley Bank, ante una equivocada gestión de riesgos.
En paralelo, una noticia que mantiene alerta a los analistas fue la advertencia que hizo la secretaria del Tesoro de Estados Unidos, sobre una posible “crisis constitucional”, si el Congreso no eleva el límite de la deuda federal. De no hacerlo, ha dicho, se correría el riesgo de una catástrofe económica y financiera por la posibilidad de que el gobierno se quede sin recursos, al carecer de una capacidad de endeudamiento renovada.
Por último, hay quienes han empezado a ver con lupa la presión que tiene el mercado de inmuebles comerciales, toda vez que los números marcan un 20% de desocupación de oficinas provocado principalmente por el cambio que dejó la pandemia y el “home office”. La presión empieza a subir para los bancos que tienen 1.2 trillones de dólares en créditos que necesitarán refinanciamiento el próximo año.
En este entorno, diversos analistas han señalado que existen muestras de que la actividad económica en el vecino del norte se está desacelerando, pues el número de personas que solicitaron nuevos apoyos por desempleo aumentó muy por encima de las expectativas del mercado. La buena nueva es que la inflación en EU ha mostrado una tendencia a la baja. Tan solo en abril llegó a 4.9% anual -ligeramente abajo del 5% que pronosticaba el mercado- siendo su menor nivel en dos años.
Para el caso mexicano, se publicó la posición de analistas consultados por Citibanamex, quienes elevaron al alza su estimado de crecimiento del PIB nacional de 1.6 a 1.9%. De acuerdo con el Inegi, en abril el Índice Nacional de Precios al Consumidor presentó una disminución mensual de 0.02%, lo que llevó a que la inflación anual se ubicara en un nivel de 6.25%. Si bien se mantiene por arriba del objetivo del Banco de México, en abril alcanzó un nivel mínimo respecto a los últimos 18 meses. En este contexto, el pasado 18 de mayo, el Banco de México (Banxico) pausó el ciclo de alzas a su tasa de interés . Los miembros de la Junta de Gobierno votaron por unanimidad en mantener la tasa en 11.25% en su decisión, luego de que en abril pasado la inflación alcanzara una tasa de 6.25% .
Pese a los claroscuros que define la coyuntura económica, en lo estructural, vuelve a estar presente la necesidad de que México cuente con una política industrial y una estrategia de innovación que la acompañe, para sacar ventaja del momento de “relocalización de empresas”. Según la firma Franklin Templeton, este fenómeno ha generado que los precios de los alquileres en parques industriales se dispararan hasta 35% en ciudades con una fuerte presencia fabril, lo que apuntala la necesidad que existe de tener mejores elementos de planeación que garanticen un desarrollo ordenado, sostenido e integral del desarrollo que el también llamado “nearshoring” ha generado.
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Por lo pronto, en materia de consumo hay datos positivos. En abril, según la Asociación Nacional de Tiendas de Autoservicio y Departamentales (ANTAD), publicó que las ventas registraron un aumento nominal de 6.2%. Este incremento coincide con el reporte de BBVA en el que se publicó que el consumo en México aceleró en abril pasado y apuntó su mayor alza en tres meses, impulsado por un aumento en los servicios, así como del segmento de bienes.
Sirvan estas cifras para subrayar que el momento actual delinea interesantes oportunidades. Sin embargo, es indispensable que exista visión de futuro, no solo para aprovechar la coyuntura, sino para construir una ruta de crecimiento de largo plazo.
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Nota del editor: El autor es abogado y economista, fue diputado federal, senador de la República y aspirante a una candidatura independiente a la Presidencia. Las opiniones publicadas en esta columna corresponden exclusivamente al autor.
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