La conferencia reúne anualmente a jefes de Estado, científicos expertos en temas ambientales y de cambio climático, miembros de la sociedad civil y representantes de la ONU; sin embargo, no hace falta más que echar un vistazo a la foto oficial de los líderes mundiales de la COP27 para descubrir que la participación de las mujeres en los espacios de negociación y toma de decisiones avanzó más lento que las acciones para alcanzar el compromiso de limitar el aumento de la temperatura mundial a 1.5°C. De acuerdo con datos sobre la asistencia de la ONU, de los 110 líderes mundiales presentes en Egipto, únicamente siete eran mujeres.
Aunque en años recientes se ha buscado promover la equidad de género como una medida necesaria para alcanzar los objetivos globales del clima, en la práctica esto no sucede así. La participación de las mujeres en las negociaciones sobre el cambio climático ha tenido un incremento marginal en los últimos años. En la COP15 en Copenhague, celebrada en 2009, las mujeres representaban al 30% de las delegaciones, mientras que en la COP27 de este 2022, solo al 37%; es decir, el aumento ha sido menor al 10% en 13 años, de acuerdo con datos reportados por Women's Environment & Development Organization (WEDO).
¿Por qué el papel de las mujeres fue determinante en la COP27?
Si bien la COP27 evidenció que la desigualdad de género persiste entre los líderes mundiales, también mostró la capacidad de liderazgo de las pocas mujeres presentes. Mia Mottley, primera ministra de Barbados, exigió de manera enfática la compensación por pérdidas y daños a los países responsables de la situación climática actual: “los que causan el problema, deben pagar por el problema”. La intervención de Mottley, durante los diálogos de Alto Nivel en los primeros días de la Conferencia, fue la premisa de la discusión que se alargó hasta el domingo 20 de noviembre.
Pérdidas y daños fue el gran tema de la COP27, el concepto hace referencia a las consecuencias negativas de los efectos del cambio climático como inundaciones, sequías, incendios forestales, entre otros. Esta batalla no es nueva, los países del Sur Global han luchado durante años por tener un mecanismo de financiamiento para hacer frente a las secuelas por el deterioro ambiental, toda vez que son los países que menos contribuyen al problema y al mismo tiempo, los más afectados. Este año, el tema se incluyó por primera vez en la agenda oficial de una COP.
Finalmente, el acuerdo decisivo para proporcionar financiamiento por pérdidas y daños a los países vulnerables afectados por los desastres climáticos fue liderado por dos mujeres: Maisa Rojas, la ministra chilena de Medio Ambiente; y la enviada especial para el clima de Alemania, Jennifer Morgan, quienes lograron un acuerdo de última hora, después de días en los que las negociaciones estuvieron prácticamente paradas.
La COP27 contó con un día temático dedicado a cuestiones de género, donde el debate se centró en el poder determinante de las mujeres para liderar la acción climática. No obstante, en realidad, muchas mujeres siguen teniendo acceso limitado a educación, capacitación y tecnología necesarias para una adaptación efectiva a los impactos del cambio climático. El principal reclamo de activistas y expertas en género fue que las mujeres no tienen suficiente participación en los espacios de toma de decisiones.