#ZonaLibre | Una marcha necesaria

Invalidar lo ocurrido el pasado domingo 13 de noviembre, en distintas ciudades del país, solo afecta una sana transición hacia la participación de todas las distintas formas de expresión política.
Demonstrators march against the electoral reform proposed by Mexican President Andres Manuel Lopez Obrador and in support of the National Electoral Institute (INE) in Mexico City, Mexico, November 13, 2022. REUTERS/Luis Cortes

Tomar las calles para marchar pacíficamente y emitir pronunciamientos a favor o en contra de alguna situación social es una manifestación pura y genuinamente ciudadana y democrática. La situación apremiante del país es madurar hacia esos dos ejes primarios: el sentido de ciudadanía y el anhelo de una fuerte democracia.

Invalidar lo ocurrido el pasado domingo 13 de noviembre, en distintas ciudades del país, solo afecta una sana transición hacia la participación de todas las distintas formas de expresión política. Es imposible negar que existe una gran parte de la población que está interesada en las políticas públicas que se debaten en las Cámaras de legisladores.

Lo ocurrido el pasado domingo muestra también que la imperante apatía puede ser enfrentada por un despertar que va por encima de la crítica en redes sociales y la integración de la oposición de forma proactiva, reconociéndose todos como una corriente de pensamiento con los mismos fines. En este caso, contener el régimen de la llamada 4T, el impulso que durante más de cuatro años ha impuesto el presidente López Obrador sin que hubiera una verdadera barrera humana que lo enfrentara. Todo había quedado en reacciones en redes sociales, declaraciones en medios, columnas escritas u otras formas de oponerse “de lejitos” al presidente.

El ánimo de la oposición ha retomado su cause con una mega expresión masiva, que se ha demostrado no solo de acuerdo con sus consignas sino que han encontrado en la unidad un modelo posible para hacer un frente fuerte contra Morena en las elecciones que vienen, tanto en el Estado de México, como en las presidenciales del 2024.

"El INE no se toca", así se vivió la marcha en defensa del INE en la CDMX

Dicho despertar oposicionista llega en un momento muy tormentoso, cuando la alianza “Va X México” vive una crisis que, se aseguraba, terminaría por desplomarse; sin embargo, la demostración del pasado domingo vuelve a armonizar la intención de los adversarios del presidente por mantener unida la propuesta de vencer al morenismo.

La excusa fue el Instituto Nacional Electoral, la presunta intención de acabarlo. Sin embargo, la verdadera intención de la marcha fue siempre mostrar un brazo ciudadano en contra de AMLO. Los manifestantes levantaban sus consignas contra todo lo que tuviera que ver con la llamada 4T y sus miembros más emblemáticos.

Caminar pacíficamente

En un país tan polarizado como el nuestro, la protesta pacifica debe tener un rol preponderante como una sociedad que avanza hacia la madurez, donde la violencia quede a un lado y sea condenada por todos los partidos políticos. Se vale disentir, es válido demostrar descontento a partir de tomar las calles y organizarse para defender instituciones. De cierta forma, es una sana liberación de tensión social; siempre y cuando este modelo se replique como exposición de libertad política.

Fue el mismo senador Ricardo Monreal, quien no demeritó la marcha, todo lo contrario, pues para el coordinador de los senadores de Morena, la expresión de la ciudadanía debe llamar a una reflexión serena: “Las expresiones ciudadanas que hoy (el pasado domingo) se manifestaron nos deben llamar a la reflexión serena. A nadie deben extrañar ni menos ofender; es la democracia y es la libertad. Es el México vivo”.

La respuesta del morenismo ha sido el querer minimizar las altísimas cantidades de personas, por todo el país, que dedicaron su domingo para expresar su sentir. De cierta manera, la oposición acepta que las manifestaciones de antaño, cuando la izquierda tomaba las calles de forma multitudinaria, fueron aceptadas y hasta admiradas.

No importa la bandera, el color, la ideología, el partido, la filosofía electoral, ni la posición en el espectro del tablero político. El que ciudadanos tomen las calles de manera pacífica llama positivamente la atención. Nos indica que México puede caminar sin la presión violenta, hacia un nuevo porvenir de justicia y paz social, donde la política pueda ser una opción para la sanidad y no la enfermedad que nos ha aquejado durante decenas de años.

El sector opositor en México ha dado un paso positivo. ¡Que vengan más expresiones como la pasada marcha!

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