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#ColumnaInvitada | AMLO y Kerry: comida de cuatro tiempos

El planteamiento central del presidente a John Kerry y a empresarios de Estados Unidos será el de la legalidad; si se apegan a la ley las oportunidades en México son inmensas.
jue 31 marzo 2022 10:44 AM
John Kerry, enviado especial presidencial para el Clima de Estados Unidos, y Andrés Manuel López Obrador, Presidente de México, se reunieron en Palacio Nacional.
Andrés Manuel López Obrador se reunió en febrero pasado con John Kerry en Palacio Nacional.

En su conferencia mañanera de hoy, el presidente López Obrador describió la estrategia de negociación sobre la reforma eléctrica que planteará en la comida con empresarios de Estados Unidos y el enviado del presidente Biden, John Kerry, y cuyo principio rector es la legalidad.

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La estrategia presidencial durante la comida tiene cuatros tiempos:

1.- La exposición de abusos. El presidente mostrará que, desde su perspectiva, se ha abusado de la reforma eléctrica actual en muy diversos aspectos: (1) marginar la generación de hidroeléctricas del despacho para favorecer a empresas privadas; (2) los contratos de autoabasto en que empresas aparecen como socias de una terminal eléctrica; (3) las terminales de combustible que además de que operaban sin permiso, han servido para introducir gasolinas de contrabando o de huachicol.

2.- La propuesta de la legalidad. Se respetarán los contratos que existan y estén apegados a la ley. Los contratos de autoabasto que violan la ley, como lo ha resuelto la Suprema Corte de Justicia, no tendrán vigencia y tendrán que ser renegociados.

3.- El estímulo a la inversión. La situación en Europa abre oportunidades para la inversión en México, invitará a los empresarios a invertir para aprovecharla. El presidente dirá que el marco jurídico que se acuerde dará seguridad a las inversiones y que el gobierno no solo respetará las condiciones pactadas sino que facilitará permisos y otros apoyos.

4.- La disposición para alcanzar acuerdos. El presidente intentará mostrarse flexible y dispuesto a llegar a acuerdos, dentro del marco de legalidad que describió.

Con esta narrativa el presidente pretende hoy, con un discurso apegado a la legalidad, presentarse como un dirigente que escucha y aprecia el papel de las empresas en el desarrollo de México y que ofrece certidumbre a inversionistas para que continúen invirtiendo en México.

Sin duda, los empresarios presentes tendrán una visión distinta de la ley en México pero, a diferencia de sus contrapartes españoles, tiene dos ventajas para llegar a mejores acuerdos con el gobierno mexicano.

Por un lado, no forman parte de la narrativa peyorativa que el presidente repite con frecuencia en referencias a la industria energética extranjera y, por el otro, cuentan con el respaldo del principal socio comercial de México y la zanahoria del T-MEC en el que el presidente pone la esperanza para estimular el crecimiento del país.

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La comida en sí parece un esfuerzo extraordinario y urgente por parte de Estados Unidos para encauzar el diálogo con el gobierno e influir en dos decisiones que penden sobre la industria de energía privada en México: el voto de la Suprema Corte sobre la constitucionalidad de la Ley de Energía Eléctrica de 2021 y la discusión de la reforma energética en el Congreso mexicano que concluirá en abril.

Independientemente del resultado de la comida, el que se lleve a cabo es una buena señal de disposición al diálogo y una manifestación clara de que la reforma eléctrica preocupa a Estados Unidos, y mucho.

Nota del editor: Antonio Ocaranza Fernández es CEO de OCA Reputación. Síguelo en Twitter y/o en LinkedIn . Las opiniones publicadas en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.

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