El abanico de oportunidades que se abrirá para México debe de prospectarse desde el “jalón económico” que dará Estados Unidos y que para nuestro país se debe traducir en un “jalón exportador“, ya que el sector exportador mexicano es dinámico gracias al T-MEC que beneficia a sectores clave como el sector electrónico, el automotriz y el aeroespacial, al incrementarse la demanda de importaciones mexicanas por parte de Estados Unidos.
Por lo tanto, deben tenerse claras acciones de políticas públicas, para que dicho “jalón exportador”, no sólo impacte a las grandes transnacionales instaladas en territorio nacional, sino que también dinamice la reactivación de las economías regionales y locales, de la mano del sector empresarial mexicano que provee a las cadenas de valor de esos sectores.
A su vez, se debe establecer un efecto multiplicador y de arrastre favoreciendo el aumento del empleo, la producción y las ventas de otros sectores económicos que son con los que se establecen vínculos de abastecimiento: metalmecánica, fabricación de equipo y maquinaria, química, metales no ferrosos; que son los actores de la mediana empresa nacional y también extranjera instalada en suelo mexicano, que se refiere a empresas con muy buenos niveles tecnológicos y de competitividad, para que hagan reconversión tecnológica para los sectores claves ya mencionados.
La propuesta de reactivación económica de México por la pandemia del Covid-19 debe ir en el sentido de promover una activa política industrial, donde el gobierno coadyuve y colabore con las empresas en la búsqueda de nichos de abasto para suministros o proveeduría, mediante créditos a baja tasa de interés que se pueden realizar desde una institución a la que no se le ha tomado en cuenta desde hace tiempo: Nacional Financiera.