Durante la reunión, la zacatecana no tuvo empacho en hacer esperar a todos los demás ministros para ir a consultar en varias ocasiones –ni más ni menos que– al presidente López Obrador. Nahle, no solo hizo gala de su inexperiencia, porque en principio la reunión era para concretar un acuerdo previo de semanas anteriores entre los líderes petroleros para reducir la producción mundial del crudo, sino que la secretaria no supo ver que el primer acuerdo beneficiaría a México, SÍ, leyó bien: el primer acuerdo hubiera permitido a México tener mayores ingresos fiscales por exportación por la subida del precio internacional del petróleo.
¡Hay que cancelar Dos bocas -dicen algunos– pero habrá que repensar cuáles!
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Pero esto no para aquí, horas más tarde, el presidente López Obrador recibió una llamada del presidente Trump para obligarlo, perdón… para invitarlo, a que redujera su producción y que Estados Unidos pondría los 250 mil barriles que México no quiso poner. Pero sería bueno que nos dijeran ¿a costa de qué? Sí, ¿a costa de qué decidió tragarse sus palabras?; que decían más-menos, primero muerta antes que pactar con EUA.
Todo sea por la soberanía, ¡Make Pemex great again!