OPINIÓN: Corrupción, deuda e inseguridad, los pendientes de Peña Nieto

Nota del editor: Jorge Sánchez Tello es Director del Programa de Investigación Aplicada de la Fundación de Estudios Financieros-FUNDEF A.C. Centro de Investigación independiente con sede en el ITAM. Síguelo en Twitter como @jorgeteilus . Las opiniones expresadas en esta columna son exclusivas de su autor.

(ADNPolítico) – El sexenio se termina, a partir del sexto informe de gobierno solamente quedan tres meses para que la nueva administración termine de tomar formalmente el poder. Ha sido un sexenio con cosas buenas y malas como la mayoría, será la historia y el tiempo la que ponga en su justa dimensión a este gobierno que está por concluir.

Hay acciones positivas que intentaron, como la Reforma Energética y la Educativa, pero en esta última fallaron en su implementación y a pesar de haber gastado una millonada en su promoción, no supieron venderla como algo positivo para el país. También se debe reconocer que hubo algunos cambios positivos en el área de Telecomunicaciones porque bajaron los precios para las personas, aunque recientemente se eliminó el tema de la interconexión, perjudicando la competencia en el sector.

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El turismo tuvo un crecimiento importante en este sexenio y es fundamental para el crecimiento de nuestro país.

Con este escenario queda por preguntarnos y responder cuáles son los pendientes y errores de este gobierno que está por concluir.

Para el gobierno de Enrique Peña Nieto existieron dos crisis que marcaron su sexenio: el mal manejo que le dieron a Ayotzinapa y la Casa Blanca. Sin embargo, agregaría dos más: el fracaso en el tema de seguridad y los casos de corrupción que a todo México nos ha indignado.

Estos temas son la consecuencia de que en México no tenemos un Estado de Derecho, tenemos un país donde hay leyes, pero no se aplican.

Otro de los temas que nos ha quedado a deber la presente administración es el relacionado a las finanzas públicas. Si bien se ha contenido el aumento, se llegó a incrementar 10 puntos del PIB, estando a casi 50% del PIB y dejando poco margen de endeudamiento para el próximo gobierno. El mayor impacto negativo de esta deuda es el mayor pago de intereses, y que tendrán que seguir pagando futuros gobiernos, que representa el tercer gasto más grande del gobierno federal.

La deuda como tal no es ni mala ni buena, todo depende para qué se utiliza, pero no se usó para tener mayor inversión pública. Solamente en 2017 se gastó más en el servicio e intereses de deuda que en inversión pública.

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Por lo tanto, en finanzas públicas, este sexenio se ha caracterizado por excesos en el gasto público y con un superávit primario que se logró a costa de reducir la inversión pública, la cual llegó a niveles mínimos históricos.

Este mal manejo en las finanzas públicas también se debe a que falta una reforma importante al gasto, es urgente limitar el gasto corriente.

Otro de los grandes pendientes es la seguridad; en muchas zonas del país se vive con muerte, violencia e inseguridad todos los días. Según el INEGI, 7 de cada 10 mexicanos nos sentimos inseguros en México, el 58% de las personas afirma que ya no permite que sus hijos menores salgan de su vivienda y el 51% dejó de caminar por los alrededores de su vivienda después de las ocho de la noche. Ha sido el sexenio más violento y definitivamente al crimen se le debe seguir combatiendo.

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El otro tema que ha quedado a deber este gobierno es el de la corrupción. Los mexicanos nos sentimos muy lastimados en este tema, ya que si bien no es algo nuevo la corrupción en los gobiernos, la percepción es que se incrementó este sexenio de forma muy particular a partir de tener una generación de gobernadores que en su momento se les designó como del nuevo PRI, pero terminaron por realizar uno de los mayores saqueos en la historia de México junto con otros gobernadores de otros partidos políticos.

Este es el México que recibirá el nuevo gobierno, con reformas y transformaciones positivas que se han hecho en los últimos 30 años, pero también con un gran tema pendiente: la creación de un Estado de Derecho.

Al final, si las Reformas no vienen acompañadas con transparencia y honestidad, de poco sirven.

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